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Hoy entra en vigor en Murcia la nueva ordenanza del ruido que afecta a Bingos y Salones

AZARplus

AZARplus.- Hoy, dia de los Santos Inocentes, entra en vigor en Murcia la nueva ordenanza del ruido que incluye una serie de obligaciones que afectan especialmente a los locales de ocio, que deben estar insonorizados e instalar un limitador de sonido para garantizar que no superen los niveles de emisión permitidos.

Sin embargo, a estas alturas solamente seis aparatos de pubs y discotecas están funcionando, conectados a la Concejalía de Medio Ambiente, donde se registran y regulan los decibelios que emite cada establecimiento. El Ayuntamiento ya ha advertido de que procederá a realizar las inspecciones pertinentes. Los hosteleros se enfrentan a sanciones de entre 601 y 12.000 euros.

«La ordenanza es bastante buena porque permite, según la insonorización de los locales, alcanzar unos niveles de acuerdo a la ley nacional del ruido», afirma Jesús Jiménez, presidente de la Asociación de Bares y Discotecas de Murcia, que forma parte de Hostemur. Los límites a los que se refiere se fijan en 95 decibelios para pubs y 110 para discotecas, lo que en teoría garantiza que el ruido no se propague a la calle y que, por tanto, no interrumpa el descanso de los vecinos. Pero adaptarse a la norma no sale barato. «La inversión mínima son 3.000 euros, más 600 del certificado ECA (Estándar de Calidad Ambiental). A eso hay que sumar un contrato de actualización de datos de 250 euros al año, y otros 400 anuales en concepto de revisiones», explica Jiménez. Pero la inversión no se queda ahí: «El limitador está a 92 decibelios y, cuando el sonido llega a ese nivel, empieza a comprimir. Si quieres tener buena música a ese límite, tienes que adaptar tu equipo. Hay locales que cuando meten el limitador funcionan bien con el equipo que tienen y hay otros que tienen que modificarlo porque no se escucha bien, con mejores etapas de música o más altavoces o cambiando la distribución de etapas y compresores».

El representante del sector se muestra a favor de la medida, en cuya elaboración participó durante el anterior mandato municipal, pero advierte de que debe ser igual para todos: «Siempre que el Ayuntamiento lo establezca en toda la ciudad, yo soy totalmente partidario. El problema es que se siga incumpliendo y que el bar de al lado, que no tiene licencia de música, la tenga. Entonces seguiremos teniendo un problema y los hosteleros se habrán gastado más dinero».
«Vamos a exigir el cumplimiento de la normativa», advierte el edil de Medio Ambiente

Para facilitar a los empresarios la adaptación a las nuevas obligaciones, desde Hostemur se han enviado distintas ofertas de instaladores, que incluyen la opción del alquiler.

«El sector está muy complicado, la crisis ha mordido. Discotecas quedan 6 de 24 o 25 que llegó a haber, y los bares con música se han reducido en un 50%. A día de hoy, afrontar gastos de 5.000 o 6.000 euros es complicado». A esto se añade la contraposición de la norma municipal con otra de ámbito autonómico, que establece el límite de emisión de ruido en 85 decibelios, por debajo de los 95 y 110 de la primera. Según el representante de Hostemur, muchos empresarios no harán la inversión hasta que se aclare la situación. «A 85 decibelios, el 95% de los bares cerramos. Un bar está funcionando normalmente entre 93 y 95 dB, y una discoteca, entre 103 y 107».

Jiménez es uno de los socios del pub 609, ubicado junto a la plaza de Santa Catalina, una de las zonas de Murcia con mayor concentración de locales de ocio y donde los vecinos llevan años en pie de guerra contra el ruido. El establecimiento cuenta ya con el pertinente limitador de sonido, que ha servido en los últimos meses para probar el sistema y su conexión con el Ayuntamiento, que comenzará de inmediato a hacer inspecciones: «Vamos a exigir el cumplimiento de la ordenanza. Lo que vamos a hacer, como siempre, es controlar los niveles de acústica máximos permitidos y la instalación de estos medidores», indica el edil de Medio Ambiente, Antonio Navarro.

El concejal asume que el gasto que supone adaptarse a la medida para los empresarios es alto, pero «el bien que se protege, que es el descanso y la no superación de los niveles de acústica, está por encima».

La Ordenanza de Protección del Medio Ambiente Contra la Emisión de Ruidos y Vibraciones incluye además la elaboración de mapas de ruido de ocio (en fase de licitación), que servirán de base para implantar medidas correctoras, como la restricción de horarios o la disminución de terrazas. Posibles soluciones que a priori provocan el descontento de los hosteleros. «Si reducimos las terrazas, reduciremos las posibilidades de negocio», sentencia Jiménez, que recuerda que los problemas de ruido comenzaron con la Ley del Tabaco: «El problema de la convivencia no es la música, sino la Ley del Tabaco, que sacó a la gente a la calle. No queremos dejar a los fumadores en la calle, tampoco queremos que fumen fuera, pues vamos a disparar el precio del tabaco».

Otro problema añadido es el botellón, para el que los hosteleros reclaman más persecución. «Achacar todos los problemas a los locales me parece absurdo», apunta el portavoz.

Esta es la obligación para Bingos, salones de juego y recreativos: 85 dB.

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