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El “tocomocho” Nacional

En el siglo XVII, el Rey Luis XIV de Francia realizó un sorteo nacional de lotería con tan buena fortuna que el premio mayor le tocó a él mismo. Igualmente, por un capricho del destino, otros dos de los billetes agraciados correspondieron a su esposa la Reina y a su hijo el Delfín… Fue, sin duda, un caso llamativo pero no aislado. Históricamente, las Loterías Nacionales han significado el mejor caldo de cultivo para el natural desarrollo de la concupiscencia del Poder.

En el siglo XVII, el Rey Luis XIV de Francia realizó un sorteo nacional de lotería con tan buena fortuna que el premio mayor le tocó a él mismo. Igualmente, por un capricho del destino, otros dos de los billetes agraciados correspondieron a su esposa la Reina y a su hijo el Delfín… Fue, sin duda, un caso llamativo pero no aislado. Históricamente, las Loterías Nacionales han significado el mejor caldo de cultivo para el natural desarrollo de la concupiscencia del Poder.

El “impuesto de los tontos”, como denominaba George Bernard Shaw a la Lotería Nacional, siempre ha estimulado el apetito desordenado de placeres deshonestos haciendo bueno eso de que “ el que parte y reparte, se queda con la mejor parte “…La ausencia de controles adecuados, la trampa y el ingente dinero fácil que proporcionan los sorteos de lotería, nunca han sido ajenos a las fauces de corruptos administradores políticos.

Hoy traemos a nuestra portada un caso excepcional por la naturaleza del cargo. Nada menos que una Presidenta del Gobierno metiendo presuntamente la mano en la caja mientras ejercía de tal. Un negocio del pueblo mancillado por la más alta magistratura del Estado, en colaboración con otros diez miembros de su Administración. La Lotería Nacional, esperanza de pobres y apetitosa carnaza de ricos, tiene en este suceso el mejor espejo de su cruda realidad.

Una realidad que no desaparecerá jamás porque en la práctica , se venda cómo se venda, las Loterías Nacionales no son ni del pueblo, ni por el pueblo, ni mucho menos para el pueblo… Únicamente constituyen a menudo un asqueroso “tocomocho” del que sólo se benefician los más listos de la clase…aunque algunos acaben en prisión.

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NOVOMATIC

2 Comentarios

  1. En un relato de García Márquez los sorteos de la lotería del país lo hacen unos niños metiendo la mano en una bolsa para sacar una bola. Todos han visto meter las bolas iguales en la bolsa, pero el niño sabe qué bola tiene que sacar porque está helada. Después, para que nunca lo puedan decir, los niños van desapareciendo…. Es horrible, pero puede que sea poca cosa en comparación con lo que pasa aquí y que, quizá, deje pequeña la imaginación del escritor cuando nos enteremos.

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