Compartir

Asfaltados

Como en la Iglesia del Papa Francisco, también aquí todos somos pecadores. Pero en el Sector no tenemos a nadie con la testosterona papal que nos saque los colores y nos aleccione sobre los apetitos desordenados de individualidad y beneficio. Aunque también es cierto que necesitamos negocios de verdad para huir del baratillo que los tiempos parecen imponer. El chocolate del loro y el oro del moro ya sólo nos produce un insoportable ardor de estómago, por lo que no es extraño que más de uno tenga la tentación de tirar la toalla… a la cara de algún Regulador, quiero decir.

Como en la Iglesia del Papa Francisco, también aquí todos somos pecadores. Pero en el Sector no tenemos a nadie con la testosterona papal que nos saque los colores y nos aleccione sobre los apetitos desordenados de individualidad y beneficio. Aunque también es cierto que necesitamos negocios de verdad para huir del baratillo que los tiempos parecen imponer. El chocolate del loro y el oro del moro ya sólo nos produce un insoportable ardor de estómago, por lo que no es extraño que más de uno tenga la tentación de tirar la toalla… a la cara de algún Regulador, quiero decir.

Hace unos días y con todo el dolor de su corazón, un importante fabricante me mostraba su pena porque las mejores inversiones españolas se hacían ya en el extranjero. Tenía razón, pero yo me pregunté después si de esa afirmación cabría suponer que Adelson y el hijo de Stanley Ho eran idiotas. ¿ Nadie les ha advertido de los abusos de SELAE y la ONCE ? ¿ Nadie les ha hablado de las peleas de gallos en las 17 Españas ? ¿ Nadie les ha explicado esa política, que yo denomino de “charcutería”, con la que se hacen y deshacen los asuntos del Juego en nuestro país ?

Seguramente sí. A nadie se le oculta que muchas autopistas de éxito se han asfaltado en las largas noches de los despachos del Poder y que esa mezcla viscosa, pegajosa y negra, nos ha manchado a todos. Pero también sería hipócrita asegurar que no la hemos disfrutado. Nos ha enseñado un camino del que ahora no queremos o no sabemos salir…Nadie se postula en estas excelencias destructoras de ratoneras… Y la pregunta es cómo trazar la raya, la frontera, de un nuevo tiempo que racionalice el Sector y convierta lo opaco o translúcido en transparente… Y no me estoy refiriendo explícitamente al dinero, aunque esa sea la meta última que se pretenda alcanzar.

Existen intentos honorables en la búsqueda de nuevas estructuras capaces de unificar criterios de actuación corporativa. Eso está en el haber del Sector, pero la flechas que han de impactar en esa diana no están al alcance de todos los profesionales. Aquí, los más pájaros del Gremio prefieren tener en la mano a uno de su especie antes que ver volar al centenar de oportunidades que exijan la más mínima abnegación… Y eso encabrona y desmoraliza a cualquiera que tenga dos dedos de frente y sienta correr la sangre por sus venas…

Tengo como cierto para mí que en esos perímetros de las anchuras del Juego, se encuentran los más grandes hangares del peligro sectorial. ¿ Quién dará el primer paso ? ¿ Habrá que esperar a los Idus de marzo ? ¿ Veremos a los Cesares postrados por las dagas de la codicia ? ¿ Quién, de entre nosotros, será el Bruto que se lave las manos con la sangre de sus túnicas y las enseñe al populacho, mientras la imperfecta Democracia se transforma en eficaz Tiranía ?

Compartir
NOVOMATIC

7 Comentarios

  1. Buena pregunta, Ortega. Yo creo que ni Adelson ni el hijo de Stanley Ho son idiotas, pero tienen y están dispuestos a gastar un dinero que los de aquí ni tienen ni estarían dispuestos a gastar.

  2. Ortega, macho ¿ Te parece poca tiranía la de los Casinos españoles ? Los del Bingo y los de los Salones sí que parecemos idiotas. Sobre todo los de Madrid.

  3. Ortega: me parece que escribes de maravilla. Pero no me entero al final. Es como si hicieras una descripción para flipar de un coche y le dejaras a los demas sin saber si es un porsche o un lamborgini. Vamos, que ya no sé si soy un pajaro o un pjarero o si soy el César o soy Bruto, o lo que pasa es que soy el más bruto

  4. No eres ningún bruto, Felipe Rosas, pero la gracia del Editorial está en provocar la reflexión del lector para que intente averiguar exactamente lo mismo que tú. Siempre he creído que el sistema inductivo socrático es un magnífico camino de conocimiento. Si lo aplicas, si te haces las preguntas correctas, verás como todo acaba encajando. Un saludo y gracias por el comentario.

Dejar comentario

¡Por favor, introduce un comentario!
Por favor, introduce tu nombre

* Campos obligatorios
** Los comentarios deben ser moderados, en muy poco tiempo, serán validados