¿Y LOS CLIENTES, QUÉ?
¿Y los clientes, qué?… Pues peor, oiga… Para completar mi Editorial de ayer y la historia real que conté, habría que añadir el trato que los Bancos dan a sus clientes, que también juegan con cierta regularidad, al usar su tarjeta de crédito o débito en las Salas de Juego… La información que proporcionan esas Tarjetas es valorada por los Bancos de una forma muy especial y califica financieramente a quienes las usan… Ni que decir tiene que esa calificación es a la baja… O sea, que a los jugadores les será más difícil conseguir un crédito o una hipoteca, pongo por caso…Por supuesto que estas prácticas de la Banca no son del dominio público y, naturalmente, nunca se comenta a los clientes… Aunque hay excepciones…
A mí me lo explicó un Director de Sucursal, con el que llegué a compartir cierta amistad… Y yo lo casqué en el Curso de Verano de El Escorial, que organizó José Ignacio Cases hace 15 ó 16 años… En mi mesa estaba la Editora y Escritora Esther Tusquets y cuando terminé mi intervención, dijo: “Ahora entiendo por qué el Director de mi Banco me dice, de vez en cuando. que juego mucho al Bingo“… Blanco y en botella…
Esther, que estaba en posesión de La Cruz de San Jordi y la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo, estuvo muchos años sin saber cómo la consideraba su Banco de toda la vida… Estigmatizada por su afición al Bingo y por vivir un Ocio poco ortodoxo, peligroso e inadecuado como seguramente pensaba el Banco… ¿Y la Industria del Juego?… pues, 15 ó 16 años después de conocer la ignominia bancaria sigue igual… ni sabe, ni contesta…
Siempre me he mostrado muy crítico por cómo se relaciona el Sector con sus Clientes, verdadero tesoro de la actividad… Pero no todo el mundo lo considera así… Muy al contrario, en algunas Empresas todavía se piensa que los Clientes son tontos… porque juegan, casi siempre pierden… y además repiten… Quizá por eso, cuando llegan las tormentas político-mediáticas que auguran enfermedad y ruina, nadie les defiende… Deberían aprender de su competencia pública en este tema… ver cómo tratan a su clientela y recordar, de paso, unas palabras de D. Jacinto Benavente: “El enemigo solo empieza a ser terrible cuando comienza a tener razón”… Pues eso…
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