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Reproducimos la interesante noticia editorializada publicada hoy en El Confidencial

VOX impresionado por la Feria del Videojuego de Madrid, “Una Industria que puede generar enormes oportunidades de empleo y crecimiento en España”

AZARplus

El polémico paso de varios líderes del partido por la Madrid Games Week no es casual. Sigue la idea ya explotada por Trump en 2016 de hacerse con el apoyo de los ‘gamers’. ¿Por qué?

Mañana del sábado 5 de octubre. En Madrid, es fin de semana de videojuegos: se celebra en Ifema el mayor evento anual del sector en nuestro país, la Madrid Games Week. Hay miles de desarrolladores, artistas, jugadores, ‘youtubers’… y políticos con los que nadie contaba. Iván Espinosa de los Monteros y Rocío Monasterio acuden por sorpresa con ‘look’ juvenil (él con camiseta de la NASA). Sonríen a todo el mundo, se hacen fotos con Dj Mario (5,7 millones de suscriptores en YouTube), con Delantero09 (2,6 millones)… Y, por supuesto, lo suben todo a Instagram, Facebook y Twitter. Horas después, estalla la polémica. ¿Qué hace un partido como Vox en un sitio como este?

El paseo de Espinosa y Monasterio por el mayor evento ‘gamer’ del país intentó ser todo naturalidad por fuera. “Hoy, con dos grandes ‘youtubers’, ¡unos ‘cracks’!”, publicaba Espinosa en Instagram. “Los políticos no saben ni encender un PC o una consola”, azuzaba el mismo diputado en Twitter. Por dentro, en realidad, fue un pequeño polvorín. Tanto que, tal y como ha podido confirmar Teknautas, la propia organizadora, la Asociación de Videojuegos de España, AEVI, se vio obligada a convocar una reunión de urgencia en plena feria para dar explicaciones por haber publicado en su cuenta oficial de Twitter una foto con los dos dirigentes de Vox.

El trasfondo del acontecimiento va mucho más allá de un par de fotos y unos cuantos tuits. Más de 16 millones de españoles juegan y compran videojuegos, y eso, para un político, es un gran caladero de votos. ¿Solo para Vox? No, pero hay un ‘target’ muy interesante para un partido como el de Santiago Abascal y que ya explotó Donald Trump, con el consejo de Steve Bannon (también asesor circunstancial de Vox), en 2016: jóvenes, hombres y ‘gamers’ políticamente incorrectos, cabreados con los cambios feministas e inclusivos de los videojuegos y que, en el caso de España, reaccionaron duramente en polémicas como la de las Gaming Ladies o apoyaron la ponencia del “nazi” Dan Vávra en el GameLab de Barcelona.

Aunque desde Vox no han hecho ningún movimiento oficial para intentar captar a estos ‘gamers’ (en su anterior programa, ni se hacía ni mención a este sector) y desde el mismo partido aseguran a este periódico que solo fueron a apoyar a la industria, todo lo ocurrido este fin de semana, lo visto en EEUU y lo que se puede leer en redes y foros da pistas de que esta podría ser una mina de votos decisiva para el partido de cara a las próximas elecciones.

Facebook es un buen termómetro: más de 900.000 jóvenes de entre 18 y 25 años en España están interesados en temas relacionados con los videojuegos (45.000 solo en Madrid). Esto no quiere decir que todos ellos vayan a votar a Vox, pero ya es un filtro más que pueden utilizar para acertar en su propaganda electoral a golpe de anuncio en redes sociales.

“Yo no me atrevería a decir que en el sector hay una mayoría de jugadores que son de derechas, pero sí que hay una mezcla entre el pasotismo del ‘no metáis la política en los videojuegos’ con el cariz reaccionario de unos cuantos usuarios bien organizados y que hacen mucho ruido. Esto acaba generando un caldo de cultivo que podría aprovechar, si se lo monta bien, un partido como Vox”, explica en conversación con Teknautas el desarrollador de videojuegos Carlos Gurpegui. “Además, desde hace años, hay un forofismo y una radicalidad en este mundo que potencia, y mucho, a los más extremistas. Cada dos o tres semanas hay peleas por uno u otro juego y, claro, los que más se ven en estos debates son los más duros”, apunta.

Su opinión coincide con la de Todas Gamers, un grupo de chicas que intentan defender el feminismo en la industria. “La realidad es que la comunidad tiende al conservadurismo. Cada vez que se intenta luchar contra el machismo, la homofobia, la transfobia o el racismo, una parte importante de jugadores se vienen arriba y se aferran a que ya no se puede hacer juegos sobre nada. O, peor, se quejan de la mayor representación diciendo que está forzada”, explican a este periódico. Un argumento que cuadra a la perfección con buena parte del ideario de Vox y, sorpresa, con lo que ocurrió en EEUU.

El ejemplo de EEUU y Steve Bannon

Donald Trump ya se fijó en los ‘gamers’ más extremos para conseguir dar la campanada. No solo quería sus votos, que eran bastantes y fieles, sino que también buscaba hacerse con su militancia. En EEUU, ya hace varios años que los líderes de extrema derecha se dieron cuenta del potencial reaccionario de la comunidad de jugadores más radicales. Un grupo de usuarios que, según explican en el Instituto de Políticas de la Universidad de Harvard, “generalmente son hombres, blancos, de clase media, socialmente frustrados y perpetuamente en línea”.

El público era perfecto para la campaña de Trump, que intentaba empoderar a este sector de la sociedad, pero ¿quién le recomendó su explotación? Pues Steve Bannon. Sí, el mismo asesor que posteriormente se interesó en Vox y le aconsejó en su camino hacia el éxito electoral. Ya en 2005, y según explica el escritor Joshua Green en su libro ‘Devil’s Bargain: Steve Bannon, Donald Trump, and the Storming of the Presidency‘, Bannon se interesó por la comunidad del clásico videojuego ‘World of Warcraft’, aprovechando el éxito de este título de juego ‘online’ para generar todo tipo de negocios, ganar millones y entender cómo funcionaba la comunidad.

Su negocio se fue a pique cuando el estudio dueño de ‘Warcraft’, Blizzard, le cerró el grifo, pero quedó muy intrigado con los usuarios. “Estos tipos, estos hombres blancos desarraigados, tenían un poder monstruoso… Fue el pre-Reddit. Los mismos que estaban en Thottbot [un foro de WoW en aquella época] estaban más tarde en Reddit”, explicaba el exasesor del ahora presidente. Y ahí tenemos la otra pata del interés por los ‘gamers’: su fuerza como comunidad en foros y redes sociales.

No solo destacan por tener ese perfil y esa tendencia hacia la extrema derecha sino por su actividad en internet. “El surgimiento de la Alt-Right incluye plataformas como Reddit, 4chan y Discord, todas con un importante número de ‘gamers’, si no están explícitamente dirigidas a ellos. En particular, Discord fue la plataforma utilizada para organizar la manifestación ‘Unite the Right’, que sucedió en Charlotteville en 2017“, explican desde la universidad estadounidense.

¿Pescará Vox a los ‘gamers’ españoles?

Sobre si el éxito conseguido por la derecha estadounidense se puede repetir en España, tanto Carlos Gurpegui como Todas Gamers son bastante prudentes y prefieren no relacionar demasiado las partes más reaccionarias del sector con el partido de Santiago Abascal. Ni siquiera hablan de si la llegada de Vox ha podido disparar la aparición de ‘gamers’ más extremistas. “Suponemos que antes no tenían una bandera tan clara bajo la que meterse. No podríamos cuantificar un cambio como tal, porque además en internet se juega mucho al despiste y a la descolocación, pero es probable”, explican desde el grupo feminista.

Por su parte, Gurpegui se queda con la idea de que no se debe separar política y videojuegos. “Mientras sigamos con el discurso de que los videojuegos no son política y que hay que separar ambos entornos, al menos según mi punto de vista, será muy difícil analizar lo que ocurre en la industria desde una mirada política crítica. Y ya no digo sobre lo de acabar con el forofismo y el radicalismo que se ha ido instaurando en relación con el ‘gaming”.

Tampoco hay datos que sirvan para ver el éxito o el fracaso de Vox entre los jugadores. Aunque sí podemos encontrar pistas en foros y canales de YouTube. En España, no hay espacios como 4Chan, pero desde hace tiempo Vox es muy influyente en plataformas tan grandes como Forocoches (un terreno que llegó a monopolizar Podemos), con un buen número de ‘gamers’ activos en sus filas. De ahí salió, por ejemplo, el caso de las Gaming Ladies y Vox llegó a dar como una gran victoria las encuestas electorales de esta web que le daban como ganador.

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