VICENTE DE LA MORENA, PRESIDENTE DE ASMAREMA, MUESTRA SU PREOCUPACIÓN EN LA PRENSA LOCAL
UN TERCIO DE LOS SALONES DE CASTILLA LA MANCHA ESTÁN EN SERIAS DIFICULTADES PARA CUMPLIR CON LAS DISTANCIAS
Desde que se reformó la Ley del Juego en Castilla-La Mancha, la Industria del Juego se ha visto inmersa en un gran desconcierto e indecisión ante las medidas de distancia impuestas por la Administración. En Ciudad Real, el local de Apuestas deportivas ubicado en la zona del Torreón de la capital ha decidido cambiar su ubicación debido a su proximidad a un centro educativo, en cumplimiento con la Ley del Juego en la comunidad. La normativa, vigente desde julio de 2021, establece que los locales de Juego no pueden situarse a menos de 300 metros de centros de enseñanza reglada para menores de edad, con la excepción de aquellos dedicados únicamente a educación infantil o primaria. Aunque los establecimientos preexistentes tienen un margen de hasta cinco años o hasta el 31 de diciembre de 2029 para adaptarse a esta ley, algunos, como en el caso de este local, han optado por trasladarse antes para mantener su licencia.
Vicente de la Morena, presidente de la Asociación Profesional de Máquinas Recreativas de la Mancha (Asmarema), ha explicado a La Tribuna de Ciudad Real que ya son varios los establecimientos que se han visto obligados a reubicarse en otros locales distintos. Sin embargo, también señala que otros negocios han preferido renovar sus autorizaciones en la misma ubicación, a pesar de que deberán cesar su actividad como máximo en cinco años tras obtener la renovación, sin posibilidad de operar más allá del 31 de diciembre de 2029. Según el presidente “alrededor de un tercio” de los establecimientos con licencia “se verán obligados a tener que afrontar la decisión de tener que optar por trasladarse a otro local del municipio o por renovar sus autorizaciones poniendo fecha de caducidad y de cierre de sus negocios”.
Uno de los grandes problemas que enfrentan los establecimientos en este proceso de reubicación es el coste económico asociado, en particular después de haber invertido en sistemas de acceso con huella dactilar o reconocimiento facial para garantizar que no entren menores o autoprohibidos. “El coste de estos sistemas supera los 6.000 euros en muchos casos, y aún hay establecimientos que no han llegado a amortizar esa inversión“, afirma de la Morena. Pese a ello, De la Morena ha valorado positivamente la implementación de los sistemas de control de acceso, señalando que “han aprobado una mayor seguridad a los establecimientos” y han facilitado tanto la labor de los empleados como el acceso de los clientes.
Por último el presidente de Asmarema explica que el coste total de la reubicación depende de múltiples factores, como el tamaño y la ubicación del nuevo local, así como su diseño, lo que hace que no todas las empresas estén en condiciones de asumir este gasto adicional: “Es indudable que estos traslados suponen un coste muy alto y no todas las empresas se encuentran con capacidad económica para hacer frente al mismo, viéndose obligadas a tener que descartar esta opción”.
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