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SEGURIDAD vs LIBERTAD

La DGOJ es fiel a sus principios y eso hay que valorarlo. Tiene voluntad y tiene buenas ideas que no duda en plasmar en realidades y eso también hay que valorarlo. Tenia mucha ilusión en ver como funcionaba la primera edición de RegTech y hemos constatado que la elaboración y los medios que han utilizado para llevarla a cabo han sido, como siempre, muy profesionales y muy abundantes. Todos los asistentes estábamos impacientes por escuchar de primera mano como se han desarrollado las tecnologías para la identificación y control de usuarios en la banca para su posible aplicación al mundo del Juego, pero no solo para los citados usos, también para enmarcarlos dentro del concepto del Juego Responsable. 

No obstante, el resultado ha sido un poco agridulce. Si bien la tecnología y los procesos que se han presentado son útiles, la Industria del Juego Privado, tanto Online como Presencial, lleva también mucho tiempo desarrollando sistemas en este campo con resultados excelentes que hemos podido contrastar en la última edición de la Feria Internacional del Juego celebrada en Madrid y otros que aunque ya están funcionando, todavía no se han difundido por los cauces tradicionales de comunicación por razones estratégicas.

El punto agrio ha estado en la manera en que se ha presentado la monitorización de los usuarios para detectar conductas que pueden derivar en un problema para aquel que hace un mal uso del Juego. Como decía Juan Espinosa, no podemos ser esclavos de los datos y si bien tenemos que seguir con la filosofía de Juego Responsable exista una tasa alta o baja de usuarios que tienen problemas con el Juego, porque eso, en las oportunas y acertadas palabras del Director General de Ordenación de Juego, es “innegociable”, la realidad, y eso también lo ha resaltado Espinosa es que en la actualidad la tasa de Juego problemático en nuestro país es baja, muy baja y por esta razón entendemos que tienen que establecerse límites razonables.

La Ley de Protección de Datos de Carácter personal se ha endurecido dando prioridad a la intimidad de las personas y sin embargo ayer pudimos comprobar como la intromisión de los sistemas de control se ceban en la libertad de cada usuario que se acerca a nuestra actividad. Todos los clientes están monitorizados, se registran y analizan todos sus patrones de juego… y si saltan las alarmas, aunque no se sepa en realidad absolutamente nada de esa persona, de sus motivaciones, de su estado de ánimo, de su bankroll… se le clasifica como “ludópata” y comienza el protocolo. Un protocolo que, si ustedes me permiten, puede llegar a tratar a esos individuos como “tontos” algo que, también reivindicó en la última mesa redonda organizada por la OCU sobre Juego, Juan José Lamas Alonso, Director Técnico de FEJAR, puesto que no considera: “que todos los jugadores o consumidores de juego de azar, sean «tontos» o «delincuentes» y que haya que tutelarlos constantemente”.

Es una realidad que se ha creado una alarma social, injustificada, pero extendida e interiorizada por la Sociedad y ante eso es comprensible que los Reguladores hagan su trabajo y que el Sector incluso se adelante a reforzar sus políticas y por supuesto acate las normas como ha hecho siempre, pero hay límites, y más cuando sabemos a ciencia cierta que esa alarma no es real. No se puede criminalizar a los usuarios que han elegido libremente el Juego como parte de su Ocio y Entretenimiento, porque entre otras muchas cosas, ese cliente que, recordemos representa al 99,7%, es en su mayor parte un jugador recreacional y aunque en estos tiempos prime la seguridad frente a la libertad, no solo en el mundo del Juego, hay que establecer unos límites razonables porque si no podríamos correr el riesgo de poner en entredicho la sostenibilidad de nuestra Industria.

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NOVOMATIC

2 Comentarios

  1. Me parece una crítica razonada, razonable y muy oportuna. Muy bien por este editorial de Ortega (Susana). Y quiero recordar unas palabras de Benjamín Franklin, fundador y Presidente de los Estados Unidos: “Quien en aras de su seguridad permite que le quiten parcelas de su libertad, acabará no teniendo ni libertad ni seguridad”.

  2. No ser esclavos de los datos suena bien, ya que no somos computadoras y hay que valorar los aspectos humanos. Pero cuando existen dos partes y una es una mentira y otra el dato objetivo que la rebate, yo no veo que haya que hacer ninguna concesión a la mentira: No, señores, no vamos a tomar medidas contra la Industria del Juego porque la Industria del Juego no está haciendo ningún daño a la sociedad y nuestro trabajo, nuestra responsabilidad y nuestra profesión es saberlo y por eso cobramos nuestros sueldos como Reguladores, como funcionarios y como políticos. No vamos a tomar las medidas, completamente innecesarias, que ustedes piden porque esas sí perjudicarían a un colectivo que no tiene porqué ser perjudicado, el del Sector del Juego.
    ¿Es tan difícil?

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