El secretario general de ASE destaca en Gasteiz Hoy que el nuevo reglamento vasco ha supuesto toda una “metamorfosis”

Peio de Frutos: “Estamos sufriendo todavía las consecuencias de la normativa aprobada en 2022”

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La Industria del Juego en el País Vasco sigue adaptándose a los cambios que impuso el Reglamento del Juego aprobado en 2022, especialmente en lo que respecta a los controles de acceso, que incluyen lectores y controles biométricos. Según Peio de Frutos, secretario de la Asociación de Salones Recreativos y de Juego de Euskadi, esta normativa ha provocado una “metamorfosis” en el Sector. “Estamos sufriendo todavía las consecuencias de la normativa aprobada en 2022”, señala de Frutos, quien considera que, aunque la medida busca una mayor protección y control, ha tenido un fuerte impacto en los negocios y en la relación con los clientes.

El secretario subraya al diario Gasteiz Hoy que los controles de acceso, “de última tecnología”, y la reciente interconexión de los registros de interdicción vasco y estatal han generado nuevos desafíos para los Salones de Juego. De Frutos explica que, para cumplir con estas normativas, ha sido necesario capacitar al personal de los establecimientos en el servicio de admisión y en el uso de los sistemas biométricos, lo que ha implicado una reestructuración significativa de las operaciones.

Asimismo, subraya que la Industria debe ahora enfocarse en “defender nuestra reputación y poner en valor nuestras aportaciones a la sociedad”, además de hacer frente a lo que el secretario considera como un tratamiento “desigual” entre el Juego público y privado, haciendo hincapié en las diferencias normativas y sociales entre ambos tipos de Juego.

Algunos de los locales del territorio han dado su propia opinión sobre las medidas del reglamento en lo que respecta al control de acceso. En establecimientos como el salón Fournier, ubicado en la capital alavesa, el flujo de clientes sigue siendo constante, pero el sistema de control ha alterado la dinámica del negocio. Según una de las empleadas del local, la llegada de los controles no ha cambiado la afluencia de clientes, pero sí ha modificado la labor del personal. “Tenemos que estar continuamente entrando y saliendo, pendientes de la máquina y de los nuevos registros“, señala al Diario Gasteiz Hoy, reconociendo que la nueva rutina ha aumentado la carga de trabajo.

Sin embargo, en otros locales, como el salón Paradise, el impacto ha sido más negativo, especialmente en la parte de hostelería. “Antes, entre semana, hacías 400 euros en la zona de hostelería. Ahora, con suerte, 70“, aseguran los responsables del Salón. La dificultad para que algunos clientes se acostumbren a proporcionar sus datos solo para consumir algo en la barra ha reducido notablemente las ventas. “Hay gente a la que no le gusta que para tomar un café tengan que dejar sus datos”, comentan, y destacan que algunos clientes se han marchado cuando no podían acceder al local debido al control de acceso.

A pesar de ello, reconocen que el control de acceso ha tenido efectos positivos, especialmente en la prevención del acceso de menores y personas auto prohibidas. Sin embargo, proponen ajustes, como que los controles biométricos estén ubicados solo en las zonas de Juego y no en la entrada de los establecimientos, ya que muchos clientes solo buscan consumir productos en la zona de hostelería sin intención de jugar. “Mucha gente solo viene a por un café o una copa mientras ven un partido, no para jugar”, afirman. Además, algunos propietarios plantean la necesidad de un registro común para todos los Salones de Juego, lo que permitiría a los clientes registrarse una sola vez, sin necesidad de hacerlo en cada establecimiento que visiten.

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