LA ORGANIZACIÓN DE CIEGOS PARECE QUE NO TIENE ESCRÚPULOS A LA HORA DE VENDER, PERO SI PARA PGAR
NUEVA DENUNCIA CONTRA LA ONCE POR SU NEGATIVA A PAGAR UN CUPÓN PREMIADO CON 400.000 EUROS
AZARplus
La ONCE vuelve a (no) sorprender una vez más, protagonizando una nueva injusticia que deja a la altura del betún sus presuntos valores sociales, como ya pasó con el insólito Caso Estela, publicado en Exclusiva por AZARplus.
Una familia valenciana podría llevar a la Organización a los tribunales por negarse a pagar un boleto premiado con 400.000 euros del pasado Sorteo Extra de Navidad de la ONCE, como relatan desde ABC Comunidad Valenciana.
Según señala la familia afectada por esta injusticia, el boleto fue un regalo de la madre de la “agraciada”, y a la hora de ir a cobrar el premio, la ONCE hizo firmar un documento al marido de esta “sin explicarle en qué consistía” el mismo. El mal ya estaba hecho, pues a través de este escrito, el incauto esposo declaraba ser el titular, “a sabiendas de que el esposo de la agraciada se encontraba inscrito en el Registro General de Interdicciones de Acceso al Juego (RIAJ)“.
Los abogados de los afectados aseguran que este documento que le hicieron firmar supone que, “una vez suscrita la declaración y entregado en depósito el cupón o boleto, no se permitirá la modificación de la identidad o del número de los perceptores ni su sustitución por otros, por lo que antes de proceder a la firma deberá verificar la exactitud de los datos“.
La familia asegura que el décimo no fue comprado por el esposo, mientras que la ONCE declara que sí, y que como está inscrito en el RIAJ no puede cobrarlo… Una afirmación que nos deja sin palabras, pues la propia organización reconoce así que venden juegos a su “tan importante” población vulnerable, con tal de no pagar…
Los propios abogados afirman que, dado que los premios no cobrados van destinados a fines sociales de la ONCE, tienen “particular interés en no abonar premios“. De hecho, el letrado Salvador Pérez Alonso ha señalado que “esta es la práctica habitual de la ONCE, y es que si pueden encontrar cualquier resquicio legal para no pagar un premio ganado legítimamente no van a dudar un momento en denegar el pago del premio, algo que dista mucho de su carácter social y finalidad sin ánimo de lucro“.
La ONCE parece seguir abusando así de los privilegios que cuenta junto a SELAE, y demuestra que no debemos permitir que el Juego Público siga saliéndose con la suya, e instaure de una vez algún tipo de control de acceso y compartan los mismos derechos y obligaciones que tiene el Juego Privado.
De esta manera, parece que hay dos explicaciones a todo esto: O la ONCE ha vendido (y declarado sin impunidad haberlo hecho) un cupón a un autoprohibido, o la ONCE se niega a pagar un premio a su legítimo ganador. Cualquier opción sin duda habla por sí sola de sus “valores“…
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