< MÁS Y MÁS... Y MUCHO MÁS > POR JUAN MANUEL ORTEGA

Cuando me dijeron que había conductores suicidas que ponían en peligro su vida y la de otras personas, incluidas las de su propia familia…

Me pareció importante opinar que deberíamos referirnos a ellos como ” conductores vulnerables “ procurando no estigmatizar su probable buena voluntad circulatoria, pues no dejan de ser seres humanos sometidos al impacto publicitario de las voraces marcas de Automóviles.

Cuando me informaron sobre la existencia de personas que robaban habitualmente en El Corte Inglés…. 

Me pareció importante aconsejar a estos ciudadanos, también vulnerables, que se protegieran pensando en los intereses económicos de ese tipo de Empresas, que claramente prevalecen sobre la salud de la población. Eso y cobijarse laboralmente en cualquier Asociación Subvencionada de Cleptómanos en Rehabilitación.

Cuando me comunicaron que algún compatriota disfrutaba quemando los bosques de nuestro país…

Me pareció importante alertar a la prensa sobre la Ley de la Selva en la que vivimos por la desmesurada proliferación forestal, tan peligrosa para estas víctimas de la piromanía patológica, criminalmente inducida por las Empresas que comercian con la madera.

Cuando me transmitieron la posibilidad real de que muchas mujeres fueran asesinadas por su pareja….

Me pareció importante concienciar al sexo femenino sobre el elemental principio de prudencia, para que fuera más responsable y no provocará a ningún hombre ( de pelo en pecho ) invocando su presunto derecho a la Libertad.

Cuando me aseguraron que había jóvenes que se divertían en Mallorca tirándose a la piscina desde el quinto piso de su Hotel…

Me pareció importante exigir a las Autoridades una nueva normativa que prohibiera las piscinas y las ventanas en estos vergonzosos Establecimientos Turísticos que, además, no tienen ningún valor añadido, como muy bien dice el Ministro de Consumo. 

Cuando me advirtieron sobre las consecuencias de criar cuervos…

Me pareció importante experimentar el daño que se siente al meterse el dedo en un ojo y ahora ando buscando una Asociación de Tuertos o un Partido Político que me explique a quién debo echar la culpa de mi desgracia. 

Cuando me hablaron del libre albedrío y de la indelegable responsabilidad personal por nuestros propios actos…

Me pareció importante ser capaz, por una vez, de mostrar al mundo la verdadera faz de un superviviente… desternillándose de risa.