Mientras se preparan medidas antijuego
Lucha mediática “encarnizada” en Argentina entre el Juego Público y Privado
No cabe duda que el Juego en Argentina atraviesa una dura etapa debido a la exacerbada alarma social que desde el Gobierno y los propios medios generalistas se han propuesto elevar para que puedan introducir sin ningún tipo de reticencia los cambios regulatorios que se están proponiendo desde la Administración. Lo curioso es que, ahora, las administraciones de Lotería están alzando la voz porque están atravesando una crisis debida, según ellos, al crecimiento del Juego online.
Según declaran desde la Cámara de Agentes Oficiales de Lotería (CAOLAB), se han cerrado 150 administraciones en Buenos Aires y solicitan ahora que se habiliten nuevos juegos para sobrellevar esta crisis. De hecho, demandan una mayor presencia publicitaria, porque declaran que la falta de publicidad de la lotería “hace que solo nos quedemos con nuestros clientes mayores, es muy difícil atraer a los jóvenes si no vienen con su abuelo o su padre”, según manifiesta Estela Campos, propietaria de una administración a El Diario Sur de Argentina. “El Juego online nos perjudica porque tiene mucha propaganda en la tele, en el móvil”, y añade que “necesitamos mucha publicidad para seguir”.
Las administraciones reclaman que se les permita colocar hasta dos terminales de Video Lotería en el local, que tengan un sistema de cobro mediante QR, que se aumenten las comisiones de los sorteos y que les reduzcan el impuesto por ingreso bruto. Todo ello, sin despeinarse al señalar que “lo que a nosotros no está liquidando, además del poder adquisitivo reducido de la gente, es el tema del Juego online. Es una adicción que le meten en la cabeza a la gente”. Ver para creer. El problema es que, mientras esto sucede, el Gobierno sigue demonizando al Sector mientras blanquean a la Lotería y tratan de dar pena.
Estimados amigos: Como argentino, me sentí tentado de participar para presentar una visión ampliatoria sobre esta problemática. Visión que, en cierto modo, también podríamos decir que tiene disidencias de fondo, teniendo Argentina una historia y un desarrollo muy distinta a la de, por ejemplo, España. Pero luego me pregunté que a quién podía importarle mi opinión,ya que soy un simple observador sin autoridad ni bases. Por otra parte, los argentinos hemos encumbrado a un personaje (no voy a calificar su enfermedad, ya qaue tampoco en eso soy profesional) que asegura que su asesor es un perro muerto al que conoció como león en la antigua Roma. Que le maneja la agenda una hermana tarotista y se comunica con los mosquitos (NO es chiste). Que insulta, agravia y amenaza públicamente a todo el que piense distinto. Que se enorgullece de ser un “topo” dentro del Estado para destruirlo. Que afirma como verdades probadas los disparates más absolutos. Que se rodeó de los personajes que, en anteriores gestiones, endeudaron al país a niveles catastróficos sin dejar ningún beneficio. Y muchísimos otros etcéteras. Así es que… ¿quién puede tomar en serio, hoy por hoy, la opinión de un argentino? Estamos muy mal de la cabeza. Y así nos funciona el país y sus legislaciones.
Nada más, un consejo: Alisten las carabelas y vénganse. El país está siendo regalado. Ni siquiera se van a encontrar con un San Martín ni cualquier otro loco. Saludos.