JUEGO Y APUESTAS ONLINE, EL FUTURO ES LA REALIDAD DE HOY, por Eduardo Morales

El juego online nace de la idea de llevar los juegos de casino fuera del ámbito presencial a través de internet, a un universo de clientes que no iban o no les había interesado acudir a jugar en locales presenciales; de ahí que en sus inicios se limitaba a denominarse “casino online”; concepto y modelo superado al incorporar las apuestas, bingo y otros juegos, y convertirse en una oferta universal de juego.

A la vista de los acontecimientos del 2015, las distintas iniciativas encaminadas a la regulación de la actividad en aquellos países donde, o no existe o hay una expresa prohibición, los distintos gobiernos se están dando cuenta que la prohibición no impide la llegada de la oferta a los clientes de sus respectivos mercados, lo que está provocando un cambio de enfoque del “problema”, que no lo es una vez que se aplican soluciones racionales.

Esta tendencia ya no se limita al espacio económico europeo, que es donde más iniciativas se vienen llevando a cabo, con especial incidencia en los países del Este europeo, a los que hay que añadir los países de “Las Américas”, están siguiendo el mismo camino, y a los ejemplos de México, Colombia o Brasil, seguirán otros hasta completar un espacio regulado al menos de los 6 países más fuertes del continente Latino Americano: Brasil, México, Argentina, Perú, Colombia y Chile, a los que seguirán otros de menor relevancia económica pero que constituyen una oportunidad para muchas empresas en su enfoque de entrada en esos mercados.

El juego y las apuestas online sigue avanzando sin pausa, y aunque parezca que su ritmo es lento, éste se va acelerando en la medida que la demanda impulsa su crecimiento; y los dispositivos móviles están siendo el gran factor que hace que se dinamice su expansión, unido a la solución de una oferta omni-canal que abre las puertas a un desarrollo mucho más agresivo de las empresas de juego presencial que se han dado cuenta de la importancia que representa para su negocio tener el, por ahora, complemento de su oferta por canales online y móvil, proyectando su oferta y su marca más allá de los espacios presenciales, hacia un universo más amplio de clientes y perfiles.

Un ejemplo del crecimiento del juego y apuestas online, en el Reino Unido, por las cifras que se van conociendo del 2015, con más de €3.500 millones de GGR, el segmento de juego y las apuestas online puede convertirse en 2016-17 en el más importante en un mercado donde lleva más tiempo implantado, y donde las principales empresas de juego y apuestas presenciales han apostado ya definitivamente sin ambages por los canales remotos, online y móvil a través de la solución omni-canal, como objetivo principal en el que basan su crecimiento.

A este hito que se va a producir en el Reino Unido, le seguirán otros mercados, porque el crecimiento y expansión del juego y las apuestas online es imparable, ya que tiene una simbiosis perfecta con la tendencia de la demanda, la demografía, evolución de la sociedad y el imparable progreso e innovación de las tecnologías y formas de acceso a internet.

De hecho, en España, el juego y las apuestas online en 2015 ya supondrán un 30% del total de las cantidades jugadas del conjunto de las distintas modalidades de juego, aunque solo se alcance entre el 5 y 6% en términos de GGR o ingresos brutos de juego, ya que el margen bruto del juego online estará entre el 3 y 4%, inferior al del juego presencial.

La diferencia está en que en el Reino Unido las empresas de juego presencial controlan más del 45% del volumen de juego y apuestas online, mientras que en España se estima que estaría en el entorno del 10% la cuota del mercado del juego y apuestas online controlado por empresas de juego presencial españolas.

Este patrón se está desarrollando y avanzando en prácticamente todos los sectores de la economía, servicios, comercio y distribución, desde la banca, viajes y alojamiento, medios de comunicación escritos, pasando por productos de consumo como la electrónica, la música, el cine, todo el comercio de vestir, la alimentación y todo lo demás susceptible de ser adquirido por internet; con especial oportunidad estratégica para las empresas con oferta presencial que incorporan los canales remotos online y móvil para el acceso de sus clientes.

Es por esto que todos los países que no tienen regulación se están planteando llevar a cabo una normativa que controle y ordene la oferta de juego y apuestas online y movil, en lugar de implantar o seguir con la prohibición.

Todos están observando como las medidas de prohibición no dan resultados, y no hay ningún ejemplo que demuestre que sean eficaces en impedir que los que quieren jugar en online puedan hacerlo.

Quizás en este proceso, lo peor que se puede observar analizando las distintas iniciativas regulatorias de los últimos diez años, es el enfoque que los distintos reguladores hacen en cuanto a las formas de regulación elegidas, limitando la oferta que les distancian de la demanda, e imponiendo criterios de fiscalidad que no se ajustan a la cultura y modelo económico del juego online, aunque en este sentido la cultura y la política basada en el estigma del juego no es muy distinto al que se aplica al juego presencial.

Esta cuestión, que como digo, también afecta al juego presencial, hace que muchas de las regulaciones no sean lo racionales y eficaces que debieran ser de acuerdo con sus objetivos, que son los de regular y absorber dentro del marco regulado toda la oferta y demanda de juego, eliminando a los ilegales, protegiendo a todos los usuarios y permitiendo que las empresa lleven a cabo una actividad económica rentable dentro de un escenario que produzca los beneficios sociales y los ingresos económicos para los gobiernos reguladores.

Por otra parte, los distintos gobiernos no acaban de darse cuenta de la importancia que tienen los sistemas y medios de control establecidos por el juego online para luchar contra el lavado de dinero, la transparencia económica, aplicar una política de juego responsable, y garantizar los derechos de los consumidores, gracias al control de todas las transacciones y actividades de los usuarios en tiempo real, en todo momento a disposición del regulador que tiene acceso discrecional a toda la operativa de los distintos operadores autorizados.

Es de esperar que se tome nota y se aprenda de las experiencias de mercados que han sido regulados implantando condiciones de limitación de producto y excesiva fiscalidad, que los hacen difícilmente rentables como son los casos de Francia, Alemania, Portugal o Grecia, entre otros, y se establezca poco a poco una mayor armonización de las condiciones operativas y de índole fiscal, acercándose a otras regulaciones que han sido más acertadas y por ello más

eficaces en el cumplimiento de sus objetivos como serian Reino Unido, Dinamarca, Bélgica o Italia.

Internet y las tecnologías facilitan el acceso a la oferta “ilegal” que se hace desde jurisdicciones offshore del juego y apuestas online, y ningún gobierno ha sido capaz de impedirlo de manera eficaz tratando de implantar medidas de prohibición, bloqueo y otras, sobre empresas radicadas en territorios considerados paraísos o pseudo- paraísos fiscales, con los que no hay un tratado reciproco de persecución de la ilegalidad, por lo que es la regulación el mejor remedio posible para tratar de trasladar a un escenario regulado la oferta de juego y apuestas online, que debe ser competitiva para que acuda a ella la inmensa mayoría de la oferta y demanda.

Lo que resulta del todo evidente, es que la oferta y demanda del juego y apuestas online seguirá su crecimiento constante, y que el mejor escenario es que se acabe con la oferta incontrolada de los operadores que lo hacen desde una jurisdicción offshore, carente de las seriedad de exigencias de cumplimiento, de exigencia fiscal, de garantía para los consumidores, y lo que es más relevante que están llevando a cabo una actividad económica y mercantil desde una jurisdicción que no es compatible con el mercado donde se encuentran sus clientes incumpliendo obligaciones administrativas, fiscales y mercantiles en el país de destino de su oferta.