El sociólogo realiza una análisis para AZARplus sobre la última publicación sobre Juego del Plan Nacional Sobre Drogas
José Antonio Gómez Yáñez dilapida las difusas cifras de la Memoria del PNSD con datos reales
José Antonio Gómez Yáñez, Doctor en Sociología, ha realizado un completo análisis sobre la Memoria del Plan Nacional Sobre Drogas sobre el que informamos ayer desde AZARplus, a través del cual echa por tierra los imprecisos y sesgados datos recabados en el mismo ofreciendo una interpretación veraz y concisa sobre los mismos. No se pierdan el siguiente análisis sobre la Memoria, porque no tiene desperdicio:
LA NECESIDAD DE DATOS SÓLIDOS PARA CONSTRUIR DISCURSOS Y POLÍTICAS
Las administraciones competentes sobre el Juego han decidido que su objetivo principal es erradicar los problemas de salud que puedan derivarse del Juego. Es loable, pero para saber si sus políticas avanzan o retroceden necesitan datos sólidos, una estadística fiable. No los tienen, como veremos, no los tenemos. Al final, este loable propósito parece algo así la búsqueda del Santo Grial.
El Plan Nacional Sobre Drogas del Ministerio de Sanidad acaba de publicar su Memoria de 2021. Es un documento que trata de compendiar la información procedente de las 17 comunidades y 2 ciudades autónomas, algo difícil por las diferencias de criterio que aplica cada una. También es difícil porque está escrito en la neolengua administrativa digna de Orwell que impera desde hace unos años.
Los datos se esconden en una profusión de textos, cuadros y tablas. Empecemos por decir que este año no hemos logrado averiguar cuántas personas han sido atendidas en el sistema (“usuarios atendidos”, en la neolengua), se deduce que 240.059 (se da la cifra de 8.162 casos “que suponen un total del 3,4% del total …). Siendo esto así, en lo que se refiere a drogadicciones estamos más o menos como en 2018, con algunas oscilaciones.
Tampoco sabemos con certeza cuántas personas tienen problemas con el Juego, ni en 2021 ni en 2020. Veamos:
- Por un lado, se dice que “los casos atendidos por adicción al Juego” son 8.162 (pág. 131) en 2021.
- Por otro lado, se dice que “en 2021 se atendieron 6.802 personas” con ludopatía en programas específicos de 16 CCAA, añade que en 2020 fueron 6.432 (pág. 135).
- Pero, en la Memoria del año pasado, 2020, se dice que “los casos atendidos por adicción al Juego” fueron 7.549 (pág. 14) (¡no 6.432!). El informe no hace referencia, que hayamos localizado, a alguna revisión de los datos.
- Como se observa, según se tome una u otra cifra, las conclusiones son inversas.
Se dice también que “para 2021 se dispone de datos de 18 CCAA (sic) que supone un aumento de la cobertura poblacional, pasando del 95,1% en 2020 al 95,3% de la población en 2021” (pág. 131). Dicho en cristiano: el País Vasco no ha enviado los datos como (no) hace sistemáticamente. Mejor decirlo claro que dejarlo en plan adivinanza. Lo curioso del asunto es que se puede deducir de más arriba que la diferencia entre 6.802 (que se ciñen a 16 comunidades) y 8.162 (que parece referirse a todo el país), o sea, 1.360, corresponderían al País Vasco, que tendría así una tasa de población en tratamiento por problemas de Juego de 0,07 %, cuadruplicando la tasa del “resto del Estado”. Naturalmente, esto no es así, ninguna comunidad tiene una tasa semejante, todas las comunidades están alrededor del 0,02% de la población entre 18 y 75 años.
Naturalmente, estos altibajos en los datos no impiden que, cada año, desde estos informes se concluya que los problemas de Juego son crecientes, y se insista en que “se entiende que existe una infranotificación de los casos atendidos por adicciones comportamentales”. Los autores del compendio señalan el mal funcionamiento de las Administraciones autonómicas con esta notificación parcial. No entremos en ello, pero lo dicen todos los años. Nosotros nos conformamos con señalar que, probablemente, lo que sucede en realidad es que no hay más casos, que rondarán los 8.000 desde hace años. Casos que requieren atención personalizada, que suponen graves problemas personales y familiares, pero que no pasan de su dimensión estadística del 0,002% de la población entre 18 y 75 años, y que constituyen algo así como un mínimo.
Sin dejar de prestar atención a estas personas y de prevenir (bajo bases científicas comprobadas, no con impulsos y molestias al sector) el eventual efecto negativo del Juego sobre la salud de las personas cabría plantear que las administraciones relacionadas con el Juego deberían orientar su política a regular el sector en “clave comercial” a partir de la idea de que forma parte de la oferta de ocio de un país que basa buena parte de su PIB en el ocio, precisamente.
VER AZARplus DE AYER.- La Memoria del Plan Nacional Sobre Drogas mezcla videojuegos y Juego online
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