La parálisis interna del PSOE y la pasividad del PP dibujan un nuevo equilibrio político según afirma el sociólogo en un nuevo artículo para The Objective

José Antonio Gómez Yáñez advierte una posible caída del PSOE tras el impacto electoral del apagón

AZARplus

El doctor en Sociología José Antonio Gómez Yáñez ha vuelto a publicar un incisivo análisis en The Objective sobre la evolución reciente del panorama político español, centrado en esta ocasión en el efecto que el apagón eléctrico ha tenido sobre las intenciones de voto, especialmente en el PSOE y el PP.

Con una mirada metodológicamente rigurosa y sin concesiones, Gómez Yáñez destaca cómo dos eventos excepcionales —la riada en Valencia y el apagón— han provocado notables oscilaciones en el electorado en los últimos seis meses, rompiendo una estabilidad que suele caracterizar la política española.

Gómez Yáñez subraya que ambos fenómenos no son simples incidentes, sino auténticas “sacudidas” que han reconfigurado temporalmente el equilibrio entre los dos grandes partidos. La riada, recuerda, supuso una pérdida de medio millón de votos para el Partido Popular, especialmente en la Comunidad Valenciana, mientras que el PSOE también sufrió un desgaste, aunque logró recuperarse parcialmente con el tiempo. Sin embargo, con el reciente apagón, la dinámica ha cambiado: el PP ha conseguido recuperar casi esos 500.000 votos perdidos (aunque no en Valencia), mientras que el PSOE ha caído en unos 200.000 apoyos.

Este efecto se traduce en una diferencia estimada de algo más del 5% en voto válido a favor del PP. No obstante, Gómez Yáñez puntualiza que esto no implica que el PP haya superado sus problemas territoriales ni que pueda dar por asegurada su posición en la Generalitat Valenciana: “Es un lastre para el PP y para Feijóo”, advierte. Del lado socialista, la estrategia de Pedro Sánchez de atribuir la responsabilidad del apagón a las empresas privadas no ha convencido al electorado. Según el sociólogo, el apagón “es una sustancia pegajosa que se ha adherido al Gobierno” y ha tenido consecuencias directas: unas 700.000 personas han cambiado su intención de voto, aunque matiza que esta cifra responde a una combinación de causas.

La estabilidad relativa del PSOE, sustentada por votantes procedentes de Sumar y apoyos de nacionalistas de izquierda, sorprende a Gómez Yáñez, quien observa en sus indicadores un desgaste profundo y creciente. Según él, esta oscilación constante anticipa un posible colapso abrupto: “Ese perfil con altibajos suele terminar en bruscas caídas”, afirma.

El sociólogo también señala una importante alteración interna en el aparato socialista: los conocidos mensajes entre Sánchez y Ábalos y las complicaciones judiciales que afectan a figuras cercanas al presidente han reducido la capacidad de reacción del núcleo del Gobierno. En palabras de Gómez Yáñez, “los argumentarios ya no desvían la atención y a sus portavoces se les nota desconfianza”. Desde su perspectiva, el PSOE parece estar entrando en un estado de parálisis estratégica ante la acumulación de errores.

En cuanto al resto del espectro político, los cambios son mínimos, salvo un leve trasvase de votos de Vox al PP. No obstante, el bloque PP+Vox alcanzaría una mayoría parlamentaria de entre 185 y 190 escaños, lo que plantea un escenario político nuevo, aunque condicionado por una relación interna muy fluida entre los votantes de ambos partidos. La transferencia de apoyos mutua entre ellos supera el millón de electores, aunque con una ligera ventaja para Vox, lo que revela, según Gómez Yáñez, una superposición —y no simple vecindad ideológica— entre ambas bases electorales. “Muchos no distinguen entre las propuestas de uno y otro, acaso un tema de talante, y en ese terreno Vox gana por contundencia”, explica.

El artículo advierte también que el avance del PP ha sido meramente reactivo, vinculado a la indignación generada por el apagón, pero no a una mejora en la valoración de su líder. “La valoración de Feijóo se reduce en todos los espacios ideológicos”, sostiene el sociólogo, quien lo compara irónicamente con el oficial Groco de Buzzati o con el apático Bartleby de Melville. El próximo Congreso del PP en julio es, para Gómez Yáñez, una oportunidad de redefinición, pero no bastará con una simple aclamación. “De un Congreso del partido que se preconiza como próximo gobierno se exige más”, señala. A su juicio, se necesita un proyecto sólido: un análisis realista del país, una visión de futuro, un plan de reformas y una estrategia clara que permita al PP ampliar su base y atraer a antiguos votantes del PSOE.

Además, el sociólogo recuerda el deterioro económico estructural como contexto de fondo. Desde 2007, la renta per cápita española ha pasado del 103% al 86% de la media de la UE. “Es una decadencia suave, sin dramas… aunque tras las dos sacudidas que enmarcan este artículo estén administraciones que funcionan mal y una política dirigida con niveles de competencia mejorables”, concluye.

En su análisis metodológico, Gómez Yáñez también critica el funcionamiento actual del CIS y la rapidez con la que se elaboran sus encuestas a través de TRAGSATEC. Considera que el ritmo de producción compromete la calidad del trabajo de campo: “Hacer tal cantidad de encuestas en cuatro días requiere forzar la máquina”, asegura, dejando entrever dudas sobre la fiabilidad de los datos oficiales frente a los de su propia estimación.

Finalmente, destaca los desafíos inmediatos del PP, entre ellos la gestión del Congreso, la necesidad de no polarizar en exceso y la urgencia de consolidar su liderazgo. Señala también fricciones internas en torno a figuras como Mazón en Valencia y posibles debates sobre el relevo de Feijóo. Concluye que ni el PSOE prevé adelantar elecciones ni sus aliados permitirían hoy una vuelta al poder del PP.

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