El Pleno ha aprobado las dos proposiciones de los Comunes y de ERC con 72 votos a favor frente a 59 en contra
El Parlament dinamita definitivamente el Hard Rock
El Parlament ha aprobado, con el apoyo de PSC, ERC, Comuns y la CUP, la eliminación de las ventajas fiscales destinadas al proyecto Hard Rock. El Pleno ha aprobado las dos proposiciones de los Comunes y de ERC con 72 votos a favor frente a 59 en contra, y ninguna abstención, poniendo fin a la reducción fiscal del 55% al 10% para los Casinos. Este giro, aplaudido por los sectores más radicales de la izquierda, es un mazazo para el futuro económico de una región que, con esta decisión, renuncia a un motor de empleo, turismo y desarrollo.
El Hard Rock representaba una inversión multimillonaria y la promesa de miles de empleos directos e indirectos en Tarragona, una región que lucha por diversificar su economía más allá del turismo estacional. Sin embargo, el Parlament ha decidido priorizar lo que llama “justicia fiscal” y “un modelo de país basado en las personas y no en los especuladores”. Palabras repetidas como un mantra por los Comuns y ERC.
La fiscalidad del 10% para el Hard Rock no era un capricho ni un “regalo”, como ha señalado la presidenta de los Comuns, Jéssica Albiach, durante su intervención en el Pleno. Era una medida clave para asegurar la viabilidad económica de un macroproyecto que no solo incluía un Casino, sino también hoteles, zonas comerciales, espacios para eventos y actividades recreativas de primer nivel.
El viraje del PSC también es alarmante. Históricamente defensor del proyecto, su repentino cambio de postura responde más a cálculos políticos que a una reflexión seria sobre el impacto socioeconómico de esta decisión.
Los argumentos en contra del Hard Rock también han sido, en su mayoría, endebles y sensacionalistas. Desde alusiones a “riesgos químicos” hasta afirmaciones de que fomentaría la “inseguridad y delincuencia”, la narrativa de los opositores ha ignorado deliberadamente los beneficios económicos y sociales del proyecto. La región necesitaba esta inversión, y el Hard Rock ofrecía una oportunidad única para revitalizar la zona y convertirla en un polo de atracción turística y de negocios.
Junts, PP y Vox han sido de los pocos partidos que han levantado la voz en defensa del proyecto, aunque su oposición no ha sido suficiente para frenar esta decisión. Los costes de esta medida no solo se verán en la pérdida de empleo y oportunidades, sino también en posibles indemnizaciones millonarias que tendrá que afrontar la Generalitat. Mónica Sales, de Junts, lo advierte claramente: “Este cambio perjudicará al territorio y tendrá un alto coste económico”. Asimismo, Sales ha pedido “más pedagogía y menos demagogia” ante lo que representa este proyecto para Cataluña, que ahora ve cómo se escapa una gran oportunidad para Tarragona, como señala la portavoz.
El texto definitivo se aprobará la semana que viene. Se abre el plazo de presentación de enmiendas a la totalidad y al articulado, fijado hasta el viernes 13 de diciembre.
** Los comentarios deben ser moderados, en muy poco tiempo, serán validados