Exclusiva: José Antonio Gómez Yáñez nos trae para el nuevo número de AZAR la historia del desfile de Chanel y la transformación del Gran Palais de París en un Casino
El Juego y la alta costura de la mano
El nuevo número de la Revista AZAR incluye una nueva entrega de la nueva sección de José Antonio Gómez Yáñez, El Arte del Juego. En esta ocasión nos presenta la ocasión en la que, con motivo del desfile de la colección Chanel 2015-2016, Karl Legerfeld transformó el Gran Palais de París en un Casino de auténtico lujo.
Uno de los desfiles más exclusivos y recordados de la firma, en la que se dieron cita un gran número de celebridades y musas de Chanel. Todo un acontecimiento, que pone de manifiesto la extrema elegancia y clase que el Juego puede representar a cada momento.
El Arte del Juego
Chanel es glamour. Los casinos desprenden glamour. Sigamos con las seductoras imágenes que produce la alianza entre moda, casinos y fotografía. ¿Qué destacar de estas fabulosas fotos?
El 7 de julio de 2015 Karl Legerfeld transformó el Gran Palais de París en un casino como escenario del desfile de la colección de Chanel 2015-16. Quizá la escenografía más rupturista jamás vista en la Semana de la Alta Costura (en 2019, transformó el Gran Palais en una playa; en 2010, lo llenó a icebers; en 2012, lo convirtió en un avión). El casino es una de sus puestas en escena más recordadas.
Karl Legerfeld (1933-2019), tal vez, el diseñador más influyente de la segunda mitad del siglo XX y la primera década del XXI. Renovó Chanel y la convirtió, otra vez, en el centro de la moda. A él se deben las nuevas colecciones y el logo de las CC entrecruzadas. Basó su popularidad e influencia en sus espectaculares puestas en escena y su estrecha relación con Ana Wintour (Vogue). Creó glamour en las pasarelas y con sus desfiles con celebridades y supermodelos. Alemán de nacimiento, se trasladó a París a los veinte años y su formidable personalidad renovó firmas como Pierre Balmain, Fendi, Patou o Chloé. Trabajó para las grandes giras de Madonna y Kilie Minogue. Su incidencia alcanza a convertir los grandes conciertos y giras de música pop en espectáculos globales.
¿Qué decir de Gabrielle (Cocó) Chanel (1983-1971)? Dejó atrás desbordándolo el concepto de elegancia de la Belle Époque. Sintonizó con el nuevo clima social tras la I Guerra Mundial, creando ropa informal, sencilla y cómoda, adecuada para el nuevo papel de la mujer. Como otras mujeres de su generación (Helena Rubinstein, Elizabeth Arden) fue, sin duda, una de las personalidades más influyentes del siglo XX. Formidables mezclas de potencia creativa e iniciativa empresarial. Fue un personaje de novela, captó la idea de la petaca de vodka que usaban los oficiales rusos de su amante, un noble exiliado, como imagen de “Chanel 5” -¿para qué buscar un nombre evocador si tenemos un número y rompemos?-; trabajó para Metro Goldwin Meyer en Hollywood, pero cayó sobre ella la sombra de colaboracionismo durante la II Guerra Mundial, aunque cabe pensar que se trató de una de las rehabilitaciones aparentemente inexplicables que se produjeron con algunos industriales y altos funcionarios alemanes y franceses en la postguerra. En esta vida hay situaciones muy confusas.
Volvamos al 7 de julio de 2015. Legerfeld montó un casino para presentar su colección. El Casino Chanel:
Las modelos circulaban alrededor de dos ruletas y dos mesas de black jack, saliendo un pasillo con máquinas. El público quedaba en medio.
Estuvieron “las imágenes” de Chanel: Geraldine Chaplin, Julianne Moore, Rita Ora, Kristen Stewart, Janima Kirke, … En era Instagram, no basta con poner una colección sobre la pasarela hay que hacer algo más, añadir un extra para tener repercusión inmediata. Un casino con las musas de Chanel y Legerfeld era genial.
Entre el público, inevitablemente, Ana Wintour con Grace Coddington (Vogue) una de las últimas veces que se las vio juntas. Coddington, en sus memorias, se pregunta, ¿es la moda un arte?, no se puede estar seguro, pero la fotografía de moda es obtener imágenes bellas y líricas o provocativas e intelectuales. Bueno, eso es el arte.
Al final, Karl Legerfeld no se resistió a hacerse la foto para pasar a la historia, con Kendall Jenner, y disfrutar de su puesta en escena pluscuamperfecta, según la crónica de Vogue:
Un juego de seducción. De fondo, el glamour de un casino.
Siempre me pregunto cómo el juego, pudiendo “jugar” con estas imágenes, no las utiliza.
VER AZARplus 03/11/23.- Lucien Freud y su visión de un empresario del Juego
La verdad es que Gomez Yañez siempre consigue dar una visión del sector positiva. Aquín hay mucha gente con mala conciencia -los que se dedican a predicar el bien- y el consigue que esa mala sensación se disipe. Esto de unir juego y artes, o moda, creo que no se le había ocurrido a nadie.