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Ismael Pérez silencia los graves problemas de su Organización a nivel laboral, además de atreverse a citarla como paradigma de Juego Responsable

El Delegado Regional de Castilla y León de la ONCE, se sube al carro del Acoso al Juego Privado

AZARplus

“Consejos vendo y para mí no tengo”, y su contrario, aquello tan importante de “predicar con el ejemplo”, son dos fantásticas frases que nos regala la sabiduría popular, cuya aplicación resulta idónea a las tremendas declaraciones de Ismael Pérez, Delegado Regional de la ONCE. Eso sí, la primera, por activa, y las razones son evidentes, habida cuenta del dramático problema que sufre la ONCE en su seno y, la segunda, por pasiva, también de forma más que obvia, ya que el predicamento basado en acciones brilla por su ausencia.

“Se debería armonizar el sector del juego para evitar que se nos vaya de las manos”, afirma Pérez en la entrevista publicada por La Razón, alertando del supuesto aumento de casos de jóvenes de menos de 25 años que tienen problemas con el Juego. Pero, en lugar de ahondar en la tarea que al respecto debería llevar a cabo la ONCE, se centra en el Juego Privado, cuando sostiene que “han entrado actores diferentes como las apuestas por internet, el juego ”on line”, o las casas para apostar que están proliferando en nuestros barrios”.

Es decir, en lugar de reflexionar de forma autocrítica, -que buena falta le hace a la ONCE en cuestiones de políticas de Juego Responsable y laborales, de verdadero apoyo a los vendedores- y basar sus declaraciones en estadísticas fiables, -en cuyo caso aquellas serían muy diferentes-, desvía la atención hacia el Juego Privado, sumándose a la tendencia de machacar al Sector Privado sin argumentos reales. Tirando de alarmismo y, por supuesto, situando a la ONCE como gran ejemplo, libre de mácula, que hay que imitar.

No puede ser -prosigue- que ocho de cada diez personas que acuden a las asociaciones de jugadores rehabilitados de la Comunidad tengan menos de 25 años”. Por ello, reza la entrevista, “apuesta por regular desde la educación social, y pone como ejemplo a la propia ONCE, primer operador que se acreditó como organización de juego responsable en España, proponiendo productos que no inviten al juego compulsivo, con una publicidad que anime a jugar, pero sin engañar, anunciando debidamente los puntos de venta y, sobre todo, protegiendo a los jóvenes”.

Sus declaraciones resultan chocantes por una razón muy sencilla: el Juego Responsable no es un punto fuerte de la ONCE, para qué engañarnos, por lo que enarbolar la bandera del mismo y además hacerlo con pretensiones de exclusividad, dejando al margen al Juego Privado, sencillamente es una gran falacia. No carente de intencionalidad, como es fácil ver, en un vano intento de librarse del injusto clima de Acoso al Juego que sufre la Industria, dentro de la que tanto el Juego Público como el Juego Semipúblico se encuentran. Lo quieran o no, así es, y discutirlo resulta absurdo.

Por otra parte, llama la atención que se utilicen falsos argumentos de forma tan burda, disfrazando el miedo a que se les considere dentro del mismo Sector, al que están dándole por todas partes, pero al que deberían estar orgullosos de pertenecer, pues se trata de una Industria de gran protagonismo en la economía española, englobada en el importante sector del Turismo y el Ocio.

Más allá de los consejos fáciles y fuera de lugar, como ocurre siempre que no se parte de un análisis serio, sobre todo se practica una estrategia más antigua que la tos: desviar la atención. En este caso, evitar hablar de los problemas propios, que no son pocos ni ligeros en la ONCE, sobre todo en lo que respecta a la nefasta política laboral o a su marketing reñido tantas veces con el Juego Responsable. Una estrategia que no engaña al lector informado, que busque un mínimo de rigor y aplique el criterio del sentido común.

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