El Director de iGamingco Limited, realiza para GMB un detallado y preciso análisis sobre la situación regulatoria del Juego en Brasil con la entrada en el poder de Lula da Silva
Eduardo Morales analiza la situación actual de Brasil que “genera incertidumbre ante la regulación del Juego en el país”
El director de iGamingco Limited y asesor senior de Ficom Leisure Eduardo Morales Hermo ha comentado en un extenso y minucioso análisis para Games Magazine Brasil la peculiar situación a la que se enfrenta el Juego en el país con el cambio de Gobierno.
Según indica Morales Hermo, el país se encuentra ahora en un panorama repleto de incertidumbre, en el que “todo puede pasar, lo bueno y lo no tan bueno”.
Existen diferentes escenarios plausibles en Brasil, siendo el más optimista que el propio Bolsonaro, como Presidente en funciones, apruebe el reglamento antes de la llegada al Gobierno de Lula da Silva, mientras que este último, por otro lado, podría en teoría si lo desease vetar el texto, “algo que se convierte en un alto riesgo debido a los antecedentes de Lula da Silva durante sus pasados mandatos en los que demostró no estar a favor de los juegos de azar, y fue bajo su mandato que se cerraron todos los negocios de bingo y durante los años siguientes en los dos mandatos que estuvo en el poder no hubo intención de formular una regulación para la Industria”.
En lo que respecta a las apuestas deportivas que, pese a haber sido ya aprobadas, también existe un escenario incierto, y aún más preocupante para las empresas, pues como señala Morales: “Las consecuencias de un gran retraso o de la no implementación de la regulación de las apuestas deportivas representarán un inmenso número de pérdidas para muchas empresas, que a principios de 2022 esperaban incluso que la regulación estuviera lista para el Mundial de Fútbol del próximo 20 de noviembre, lo que no ha sucedido”.
Ofrecemos a continuación la traducción íntegra de su análisis publicado en MGB, para todos nuestros lectores:
Brasil parece continuar con una gran incertidumbre sobre el resultado de la regulación del juego y las apuestas
Para Eduardo Morales Hermo, director de iGamingco Limited y asesor senior de Ficom Leisure, la tan esperada regulación del juego y las apuestas en Brasil parece entrar en una nueva incertidumbre respecto a si, y cuándo, se regulará bajo la nueva Administración. El especialista considera que hasta entonces, hay un periodo de interinidad en el que habrá un gobierno de Bolsonaro en funciones, el Senado y el Parlamento seguirán en pie hasta que Lula Da Silva tome posesión en enero de 2023, y se constituyan las nuevas cámaras.
Regulación del Juego en Proceso: Para ir por segmentos y etapas, el reglamento de Juegos de Azar según el Proyecto de Decreto 442/91, que abarca todos los tipos de juegos de azar tanto de casinos como de bingos y máquinas de juego, así como el casino online, ya aprobado por la cámara baja, está pendiente de ser votado por el Senado y el nuevo escenario sugiere una situación más preocupante ya que a la cámara baja y al senado no les queda mucho tiempo debido al receso parlamentario y a las próximas vacaciones de Navidad, y aunque la composición de las nuevas cámaras podría estar bajo control de la coalición de Bolsonaro, la controversia entre el legislativo y el ejecutivo crea un escenario más que incierto difícil de evaluar.
Una posibilidad es que el actual Senado vote y apruebe el proyecto de reglamento 442/91, que ya ha sido aprobado por la cámara baja, y como el presidente en funciones tiene plenos poderes, puede aprobar el reglamento antes de que el recién elegido Lula da Silva tome posesión.
El nuevo presidente puede, si lo desea, vetar cualquier legislación cuando tome posesión, algo que se convierte en un alto riesgo debido a los antecedentes de Lula da Silva durante sus pasados mandatos en los que demostró no estar a favor de los juegos de azar, y fue bajo su mandato que se cerraron todos los negocios de bingo y durante los años siguientes en los dos mandatos que estuvo en el poder no hubo intención de formular una regulación para la Industria.
Por otro lado, durante su discurso de victoria, Lula da Silva, sí afirmó que respetaría la legislación aprobada por las cámaras legítimas, lo que puede interpretarse que si el decreto 442/91 es votado favorablemente por el Senado y sancionado por Bolsonaro, podría respetar su existencia si cumple sus palabras.
En todo caso estas son solo hipótesis que pueden ser interpretadas libremente a favor o en contra y no se sabrá el resultado a medida que pase el tiempo y se ejecuten las acciones si el Senado procede a votar antes de que se disuelva y la votación sea favorable, o como viene sucediendo desde hace años, las demoras en el procedimiento anulen la realización de la votación.
Si la votación se retrasa y el Decreto 442/91 pasa a la nueva legislatura bajo la nueva composición de las cámaras como resultado de las recientes elecciones, entonces podemos esperar un “nuevo comienzo” del debate por parte del nuevo Senado para decidir qué hacer con la legislación del Juego, que puede terminar de cualquier manera; aprobándose con un voto positivo o no alcanzando la mayoría a favor; una tercera hipótesis es que puede retrasarse y perderse en la tramitación durante meses o años.
Para tener una resolución positiva, es necesario que el Decreto 442/91 reciba la aprobación de ambas cámaras antes de las vacaciones de fin de año y de la disolución de la cámara, para que esté listo para ser aprobado por el presidente en funciones, quien por otra parte siempre se refirió a la posible aprobación de la ley que vetaría y frenaría su ejecución.
La nueva composición del Senado bajo el mandato de Lula da Silva no parece tan favorable a la aprobación de la ley del juego.
Este escenario de incertidumbre es preocupante para los múltiples titulares que han invertido y hecho su apuesta a la apertura del mercado de juegos de azar y apuestas en Brasil bajo el mandato de Bolsonaro, al que se le acaba el tiempo y el entorno ejecutivo y legislativo que se avecina no produce una mejor perspectiva a la posibilidad de tener la legislación de juegos de azar en marcha en corto plazo.
Regulación de las apuestas deportivas en marcha: Hasta aquí el segmento del juego, pero si tuviéramos en cuenta la situación de las apuestas deportivas también entramos en un escenario incierto impactado a su vez por las elecciones y sus resultados, pero también porque el cambio de última hora al Ministerio de Justicia la responsabilidad de desarrollar la regulación aprobada en diciembre de 2018, hace que también sea difícil de evaluar porque al estar bajo un Ministerio de Economía tiene un enfoque diferente al del Ministerio de Justicia más relacionado con la ley y el orden y no tan técnico u orientado al negocio como el de Economía.
Además, todo el trabajo realizado hasta el momento está ahora bajo la mirada del nuevo Ministerio, lo que supone en sí mismo un retraso en los plazos de su desarrollo normativo.
No hay indicios de que el desarrollo del reglamento pueda estar en marcha para el 12 de diciembre – 4 años después de la aprobación de la ley – por lo que habría que ver lo que se desarrolla dentro del plazo que representa la referida fecha.
Una interpretación razonable por la llegada al poder del nuevo presidente Lula da Silva, es que habrá que ver cuál es la actitud del nuevo gobierno respecto al negocio de las apuestas deportivas privadas.
A diferencia de la regulación general del Juego, que aún está pendiente de aprobación, las apuestas deportivas están aprobadas y sólo pendientes de su desarrollo reglamentario, por lo que es una ley, y su ejecución no representará una dificultad como parte de cualquier procedimiento gubernamental de una ley establecida.
El escenario creado por la aprobación de la ley de apuestas deportivas durante los últimos 4 años ha sido de gran expectación, con múltiples pasos adelante dados por las empresas de apuestas deportivas más relevantes, alcanzando acuerdos con los clubes deportivos locales, en su mayoría de patrocinio de la práctica totalidad de los principales clubes de fútbol del país, representando enormes inversiones, que permitieron a muchos clubes realizar sus presupuestos contando con los ingresos pactados en los respectivos contratos.
Las empresas de apuestas deportivas han seguido adelante para establecerse en Brasil, de nuevo con enormes inversiones y gastos para estar preparadas para una esperada pero nunca ocurrida legislación de apuestas deportivas.
Las consecuencias de un gran retraso o de la no implementación de la regulación de las apuestas deportivas representarán un inmenso número de pérdidas para muchas empresas, que a principios de 2022 esperaban incluso que la regulación estuviera lista para el Mundial de Fútbol del próximo 20 de noviembre, lo que no ha sucedido.
Escenario muy complejo y preocupante se mire por donde se mire, añadiendo la complejidad de la administración brasileña, mezclada legislativamente y con un ejecutivo más que dudoso, crea un escenario que evaluaremos volviendo a lo que no ha sucedido durante los últimos 5-6 años cuando una supuesta iniciativa seria para regular el juego y las apuestas empezó a moverse en las cámaras legislativas, comisiones específicamente hechas y muchos políticos y ministerios de primera línea mostrando una defensa reiterada de la implementación de la legislación que nunca sucedió.
Brasil es un mercado difícil y arriesgado en el que introducirse, por no hablar de la situación de la regulación, ya que siempre será un reto para cualquier empresa internacional entrar en el mercado y encontrar el socio o enlace local adecuado para tener la seguridad económica, legal y de regulación necesaria.
Qué se puede esperar del nuevo escenario ejecutivo y legislativo de Lula da silva
Las acciones previas durante los dos mandatos de Lula da Silva no traen consigo sensaciones positivas hacia la regulación de los juegos de azar, si sigue su tendencia pasada en la materia, terminando con la prohibición de la operación del bingo que era un mercado muy importante en ese momento. Los escándalos de corrupción política, sobornos y blanqueo de dinero, eran conocidos públicamente y favorecieron la decisión de posicionarse en contra del Juego.
Lula da Silva expresó personalmente su posición en contra de los juegos de azar y, en concreto, de los bingos, que eran el mayor negocio de la época.
En un momento dado también estuvo a favor de establecer una regulación para algunas actividades de juego, ya que el juego ilegal estaba presente y no era fácil de atajar, pero eso nunca ocurrió.
El enfoque mundial de la regulación de los juegos de azar ha evolucionado positivamente desde principios de la década de 2000, cuando Lula da Silva comenzó sus dos mandatos, hasta hoy, y muchos países, en particular en el área de América Latina, Central y del Sur, han evolucionado en el establecimiento de la regulación de los juegos de azar y las apuestas en lugar de la prohibición, por lo que ser positivo y utilizar el sentido común, que será el mejor enfoque para el nuevo gobierno y sus poderes legislativos, pero es demasiado pronto para saber.
El escenario brasileño es complicado de leer y acertar, normalmente es muy probable que cualquier conjetura no se alinee con la realidad, y el próximo enfrentamiento entre el ejecutivo de Lula y el dominio de Bolsonaro del legislativo proporcionará mucha incertidumbre, lo que no es nada que nadie tome por sorpresa en Brasil.
De hecho, esto no está aclarando las perspectivas futuras del juego y las apuestas en Brasil, sino que es descriptivo de la situación, sólo esperando que los mejores escenarios sucedan cambiando los hechos de fondo, y los argumentos de crear empleo, incentivar la economía o proporcionar más ingresos fiscales para el tesoro son temas que normalmente se pierden en la negociación y no tienen ningún impacto en los políticos y tomadores de decisiones,
Mientras tanto, hay un tema a tener en cuenta ya que cambió la situación de monopolio del Estado a través de la Caixa General el año pasado, por la sentencia del Tribunal Supremo para acabar con este monopolio y dar a los estados la prerrogativa de tener sus propios productos de lotería y “apuestas” en igualdad de condiciones que la Caixa.
Esta es una situación con la que tendrá que convivir el gobierno de Lula da Silva, acabando con el monopolio estatal y permitiendo que los diferentes “estados regionales” desarrollen su propia legislación descentralizando la actividad de loterías y productos de apuestas bajo el dictamen de la decisión del Tribunal Supremo.
Esto ya está permitiendo que algunos estados regionales empiecen a desarrollar su propia regulación y a competir con el monopolio estatal nacional.
Conclusión
Si bien la incertidumbre está presente en la situación actual y lo que puede suceder después de enero con el nuevo gobierno y las cámaras en su lugar, también es posible que el nuevo presidente respete las leyes aprobadas por las cámaras actuales, y eso significará que si el proyecto de Ley de Juegos de Azar 442/91 es finalmente aprobado por el Senado ya sea Bolsonaro o Lula da Silva puede aprobar el proyecto como la ley a desarrollar e implementar.
Lo mismo ocurriría con el desarrollo de las apuestas deportivas, pues ya es una ley aprobada sólo pendiente de su desarrollo.
En un país normal y sin especiales controversias entre los partidos políticos, la situación se resolverá con sentido común y se impulsarán los desarrollos ya en marcha, si es necesario, con cambios que suplan al nuevo gobierno pero que no impidan su aplicación, pero desgraciadamente no estamos en un entorno normal y por lo tanto todo puede pasar, lo bueno y lo no tan bueno.
Quiero terminar con una visión positiva, que hago, de nuevo con “incertidumbre”, teniendo en cuenta la experiencia de idas y venidas y retrasos durante los últimos años desde que la regulación del juego y las apuestas está en debate, y no me importaría equivocarme si la versión de los más optimistas es la que sucede.
Supongo que habrá que esperar y ver, espero que no sea demasiado tiempo, o al menos no tanto como los años que llevamos especulando con la posibilidad de que Brasil pueda tener por fin el juego y las apuestas debidamente regulados.
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