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Así lo asegura hoy EL CONFIDENCIAL en una información firmada por Agustín Marco que reproducimos íntegramente para todos nuestros lectores

Carlyle y Pimco se reúnen con CODERE para negociar un crédito urgente de 100 millones y asegurar su viabilidad

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Carlyle y Pimco acuden al rescate de Codere para evitar el impago en 10 días

Los dos grandes fondos de capital riesgo se reúnen con la compañía de juegos para negociar la concesión de un crédito urgente de 100 millones para asegurar su viabilidad

Menos de dos semanas tiene Codere, una de las empresas más afectadas por el covid-19, para afrontar una de las fechas más imperantes. La compañía de salones de juego ha convocado a los inversores el próximo 28 de mayo para anunciar sus resultados del primer trimestre y comunicarles si atiende el pago de uno de sus vencimientos de deuda, que originalmente tenía que haber abonado a finales de abril. Para ello, la empresa negocia un préstamo urgente con varios fondos de capital riesgo.

Según aseguran distintas fuentes próximas a la operación, Carlyle y Pimco, dos de las mayores firmas de inversión del mundo, han mantenido negociaciones abiertas con la cúpula directiva de Codere para analizar la situación actual del grupo de apuestas y valorar la concesión del crédito. Ambas firmas se reunieron vía telemática la semana pasada con Vicente Di Loretto, consejero delegado de la compañía, para conocer con detalle el impacto en el negocio del coronavirus, así como la posición de caja y el calendario provisional de reapertura de los establecimientos en los distintos países en los que opera. Aunque todo depende de la evolución de la pandemia, en Codere confían en volver a abrir con normalidad a partir del próximo mes de junio.

A la reunión también asistieron responsables de Credit Suisse y Bank of America, los bancos contratados por Codere para conseguir los 100 millones de euros con los que apuntalar su tesorería y asegurar la continuidad del negocio hasta que se reabran los salones de juego. La compañía aseguró que dispone de 130 millones en caja, dinero que le daría para seguir operativa hasta el próximo mes de agosto.

La compañía, propiedad de varios fondos oportunistas y de la familia Martínez-Sampedro, comunicó el pasado 27 de abril que suspendía de forma temporal el pago del cupón —la fecha de abono era el 30 del pasado mes— de sus dos emisiones de bonos por 500 millones de euros y 300 millones de dólares (277 millones de euros) como medida para proteger la liquidez que tiene en caja. Estos bonos cotizan apenas al 37% de su valor nominal por el riesgo elevado de impago, mientras que las acciones han perdido un 57% en lo que va de año.

Codere explicó que el retraso de los cupones forma parte del “plan de contingencia que la empresa continúa desplegando para asegurar la continuidad del negocio y preservar su posición de liquidez ante la actual crisis generada por el coronavirus”. Pero el mercado interpretó la medida como una primera señal de riesgo evidente de impago, como bien explicó Standard & Poor’s. La agencia de calificación crediticia rebajó el pasado 30 de abril su nivel de solvencia, hasta CCC, con perspectiva negativa —bono basura— por las dudas sobre su capacidad para seguir operativa y la incertidumbre sobre “si será capaz de obtener esa financiación y de cómo la estructurará”.

El 7 de mayo, Moody’s hizo lo propio y rebajó dos escalones la calificación crediticia de Codere hasta Caa3, desde la anterior Caa1, manteniendo su perspectiva en negativa, al considerar un mayor riesgo de impago en los próximos 12 meses, en el contexto provocado por el coronavirus. La agencia de calificación colocó la empresa de juego española al nivel de ‘extremadamente especulativo’ y a tan solo un escalón de un inminente impago de su deuda “con bajas perspectivas de recuperación”.

Fuentes financieras indican que, dada la situación, Codere va a tener que pagar un tipo de interés que puede superar el 10% por esos 100 millones adicionales que necesita. La compañía, que quema unos 25 millones al mes de caja sin tener en cuenta el pago de intereses, tiene además que asegurar a estos nuevos acreedores que serán los primeros en cobrar en caso de entrar en concurso, lo cual puede generar un grave problema con los actuales bonistas y accionistas del grupo de juegos. Es lo que se llama nivel de prevalencia.

Si Codere no se pone de acuerdo con Carlyle y Pimco, los accionistas actuales tendrán que ser los que concedan esta línea urgente de liquidez para evitar el preconcurso de acreedores.

 

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