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Breve análisis de la encuesta llevada a cabo por la Comisión del Juego del Reino Unido para medir “daños” relacionados con los juegos de azar, como marco para llevar a cabo acciones encaminadas a soluciones paliativas

Baja la tasa de Jugadores problemáticos en el Reino Unido

Eduardo Morales Hermo

Es de actualidad ante la corriente, o mejor definida cascada de afirmaciones demagógicas sobre el juego problemático que está invadiendo la opinión publicada en España, alentada por personas sin el más mínimo conocimiento de la realidad, como yo creo que, a sabiendas, insisten en afirmaciones catastrofistas sobre el juego problemático, alentando a los responsables de la regulación a llevar a cabo medidas restrictivas que no resisten el menor análisis, sobre una actividad legítima que tiene una de las regulaciones más amplias y restrictivas.

La última encuesta de la Comisión del Juego del Reino Unido sobre el juego problemático muestra unos resultados alarmantes por no ser alarmantes….

La Comisión del Juego del Reino Unido casi entra en crisis esta semana como consecuencia de los resultados de una encuesta telefónica sobre el juego problemático, pero no porque las cifras que han salido de la misma fueran alarmantes, si no, porque, al contrario, no revelan nada demasiado interesante por lo positivo.

Los datos publicados de esta última encuesta telefónica trimestral del regulador mostraron que la participación en juegos de azar, (en las últimas cuatro semanas), aumentó un poco en comparación con hace un año (en gran parte representada por el incremento en participación en la Lotería Nacional), mientras que las tasas de juego problemático habían disminuido en un tercio (0,4% comparado con 0,6% en 2018) y el riesgo moderado de apuestas también disminuyó.

Críticamente, los resultados de esta investigación no proporcionaron al lobby de salud pública, ni a los opositores al juego, asociaciones de jugadores problemático y afines, ningún pretexto real para mostrar indignación y seguir con sus proclamas catastrofistas sobre el juego problemático.

Al final, lo único destacable de la encuesta como ha publicado el Daily Mail, que se lamenta de un aumento en la participación de los juegos y apuestas online por parte de adultos mayores de 55 años, adultos con una edad suficiente para decir lo que quieran.

Mientras tanto, no ha tenido mención alguna, otro de los datos obtenidos por la encuesta que es que ha bajado la participación en juego y apuestas online de personas entre 18 y 24 años de edad, (típicamente el centro de preocupación).

Se debe tener mucho cuidado al analizar los resultados de estas encuestas trimestrales, que solo proporcionan datos de estadificación interesantes entre aquellos estudios mucho más amplios y que se llevan a cabo anualmente, realizados como parte de las Encuestas de Salud de Inglaterra, Escocia y Gales (la próxima será lanzada el próximo año); pero datos los tamaños de las muestras, no se deben ser tomados como prueba de nada en absoluto.

Por lo tanto, quizás el aspecto más revelador de la encuesta fue el poco interés y la invariabilidad de la preocupación que se refleja sobre los juegos de azar. Sorprende la decadencia moral de la población cuando observa impasible los anuncios de viajes a Las Vegas, ante lo que se “escucha” un silencio extrañamente justificante ante la publicación de estos datos reales sobre la percepción y presuntos problemas asociados con los juegos de azar en el Reino Unido. Esa doble moral que es perfectamente extrapolable a nuestro entorno.

No deberíamos sorprendernos ante tal selectividad, y por algo que no es el coto exclusivo de los prohibicionistas (aunque en esta ocasión el lobby pro-juego se abstuvo de propagar estos datos positivos… a qué nos suena?). Sin embargo, tales episodios sirven para resaltar la brecha cada vez mayor, que hay entre personas serias y con mentalidad científica que hay en todos los bandos, que están resaltando los problemas con los juegos de azar, y aquellos para quienes esto es simplemente un descenso alegre en uno de los vagones de una montaña rusa. O sea, una broma.

La buena noticia es que estas estadísticas tienden a retroceder a la media, y, en consecuencia, existe la posibilidad de que, en el plazo de tres meses, el conjunto de datos resultantes de la próxima encuesta, vuelva a demostrar la existencia de una “epidemia nacional de juego” o estado de crisis del juego problemático.

Pero para no perdernos también nosotros en elucubraciones que dispersan los datos, quedemos con unos que revelan aspectos reales y positivos: Que la tasa de juego problemático descendió un 33% (de 0,6 al 0,4%), que sigue ascendiendo la participación de jugadores adultos de más de 55 años, a la vez que desciende la de jugadores entre 18 y 24 años. Yo los situaría en un escenario real, sin juzgar en positivo o negativo, porque estos datos son reveladores de la normalidad de una actividad tan legítima como son la participación en los juegos de azar.

Para emitir cualquier opinión y mucho más para tomar cualquier medida, debe hacerse un mínimo de análisis de la realidad de la actividad sobre la que se ha de actuar, de lo contrario, lo que se hace es seguir una corriente populista cortoplacista para salirse del debate, en lugar de argumentar con datos y evidencias que siempre deben prevalecer.

Eduardo Morales Hermo

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