EMOCIONADO OBITUARIO DE LUIS COBO

A JOSÉ MANUEL BOLADO “IN MEMORIAM”

AZARplus

Al cierre de nuestra edición de ayer, 5 de agosto, nos ha llegado la triste noticia del fallecimiento de José Manuel Bolado Muñíz, un profesional muy conocido y respetado en todo el Sector, especialmente en Cantabria donde ocupó el cargo de Tesorero de ACEO. Desde AZARplus queremos mandar un emocionado mensaje de condolencia a su querida esposa María José, a sus tres hijas y a su nieta, mientras recomendamos solidariamente la lectura del emotivo obituario escrito por Luis Cobo, que publicamos hoy. Descanse en paz.

A José Manuel Bolado Muñíz “in memoriam” 

Los inescrutables senderos de la vida a veces te regalan el cruzarte con personas únicas, ante lo que sólo puedes mostrarla eterna gratitud, y por ello a esa vida desatenta hoy quiero testimoniarla, mi deuda por haberme permitido conocer y compartir multitud de vivencias y confesiones con mi amigo y tesorero de ACEO durante más de 33 años, D. José Manuel Bolado Muñíz, cariñosamente apodado “el remero”, que no remador -como él decía-, quien tristemente a los 65 años acaba de partir de nuestro lado y singularmente del de su maravillosa familia, especialmente de su mujer María José, sus tres hijas y nieta.

Pocos como estos últimos saben el último año tan cruel que le ha tocado vivir por múltiples y variados avatares, y como colofón la detección de una enfermedad, tan repentina como agresiva, tan infame como letal, que ni siquiera él, curtido militar, fogueado en otras mil regatas, logrando distintos récords -hoy algunos imbatidos- y siendo finalista en su añorada “Concha” de San Sebastián en cuatro ocasiones; ha logrado vencer.

Batido sí, pero sin claudicar hasta los últimos días, donde ya no le quedaron fuerzas, siempre mostró su arrojo y coraje frente a esa bruma maldita que nubló sus ideas, rozando casi la temeridad con proa hacía el abismo y mostrando su inquebrantable espíritu de lucha.

Histórico del Sector del Recreativo cántabro donde comenzó trabajando de mecánico a comienzos de los 80 en la empresa “Marcansa”. Gracias a su abnegado trabajo fue escalando posiciones hasta llegar a adquirirla, convirtiéndola después en lo que hoy en día es “Recreativos Bolado S.L”. De hecho, no me resisto a comentar que esa obsesión por el trabajo le llevó a estar a punto de perder la primera cita con la que sería la mujer de su vida – María José-, y es que tras quedar, a él le surgió una avería, llegando dos horas tarde y pensando que ella ya no estaría, pero para su sorpresa ella seguía allí de pie en medio de la calle, esperándole, lo que fue el preludio de un amor eterno.

Avezado empresario de éxito en otros ámbitos: hostelería, gimnasios y salones de juego, creando en esta última actividad la entidad “Gomarbol S.L”, junto a otro histórico del recreativo, Tomás Martínez. Fue igualmente pieza clave en el advenimiento de “Cántabra de Apuestas S.A”, donde materializó su idea de que los titulares de locales, debían crear su propia empresa y “no ser meros operarios”.

A nivel asociativo fue el “ancla” de ACEO, mostrándose muy preocupado en dotarla de estabilidad, no sólo económica, sino reputacional frente a la Administración y la Sociedad, defendiendo a ultranza la unidad del Sector, siempre apoyando a su entrañable y nunca bien ponderado Presidente, José Ramón Sáinz.

Hombro íntegro y comprometido, recio en amuras y parco en palabras, pero muy consecuente en sus actos, y para ejemplo no me resisto a comentar otra anécdota que me sirvió para descubrir su impronta caballeresca, y es que en la primera comida de navidad a la que asistí de ACEO -allá por 2.005-, varios asociados acordaron tener un detalle con su Presidente -él citado José Ramón-, por sus 15 años en el cargo, comandando al remero para que se encargara de ello. Él -como siempre- solícito en la encomienda adquirió un precioso reloj con dedicatoria, valorado en varios miles de euros, ocurriendo que cuando acudió a la comida, comentando a varios asociados su precio, uno de ellos le espetó, que seguro a muchos les parecería desorbitado y que pondrían el grito en el cielo. Ante ello el remero se revolvió como el trueno, como si en vez de ojos un torrente incandescente brotara de sus cuencas, dió un fortísimo manotazo sobre la mesa, cual martillo pilón, y pronunció la siguiente frase mítica, que hoy retumba en mi cabeza y pese al inmenso dolor que siento, me cubre de algarabía: “a ver si alguno tiene cojones de decírmelo a la cara, y si me lo dice, no os preocupéis, que ya lo pago yo”. Los que estaban allí se miraron, agacharon la cabeza, guardando sepulcral silencio y el más veterano finalmente resolvió: “lo que tu hayas hecho, bien hecho está”. Fin de la discusión. Así era el remero.

Hoy ese abuelo “presioso”, ese amigo fiel, esa fuerza sobrehumana, … una maldita ola tenebrosa la ha apagado, pero desde donde esté y espero qué echando unas risas junto a nuestro igualmente querido y añorado Miguel Otero, sean el faro que nos alumbre, para que no quede negra la mar, ni nuestras vidas desoladas y a la deriva por el pesar de sus ausencias perennes.

Gracias por todo y de todos “remero”.

Luis Cobo

Secretario Técnico de ACEO

1 Comentario

  1. Has reflejado, fielmente, como era José.
    Yo soy amigo de José desde el año 1975. Eran sus comienzos en el remo y Santos, otro gran amigo, nos le presentó y fichó por nuestro equipo: INDEPENDIENTE, de balonmano.
    No pudo acudir a mi boda porque estaba en “la mili”. Mi mujer y yo pasamos por Paterna, pero ese día no pudimos verle porque estaba arrestado.
    Creo que fui de las primeras personas que supo de su enfermedad. Al día siguiente de comunicarle que tenía un tumor salíamos cinco íntimos amigos, incluido Jose, a pasar un fin de semana a Galicia (siempre me decía que era el único de los amigos que no conocía mi apartamento de Villagarcía), a partir de ese día cambió todo.
    Es difícil escribir, porque te vienen muchos buenos recuerdos, muchas anécdotas y los ojos humedecidos apenas te dejan ver lo que escribes.
    En José todo era grande: como hijo, esposo, padre y abuelo era ejemplar… y muy muy grande como deportista y amigo.
    Que voy a decir de Maria José: ella sabe todo lo que queríamos a José y lo que la queremos a ella. Siempre estaremos a su lado para lo que sea necesario.

    Gracias Jose por todo lo que nos diste, por tú amistad y por los grandes momentos que hemos vivido juntos.

    Nunca te olvidaremos.

    Aunque lo haya escrito Chiqui, hablo en nombre de todos tus amigos.

    Gracias por todo “CAMPEON”

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