A PROPÓSITO DE LA VENTA DE CIRSA A BLACKSTONE…

AZARplus.- No me equivoco al asegurar que Manuel Lao lo está pasando mal…Durante cuarenta años Cirsa no ha sido solo una Empresa, sino un proyecto empresarial muy personal que se alimentaba del empuje y la personalidad de su fundador, donde el dinero supo ocupar muchas veces un papel secundario…No era únicamente un negocio, también era algo personal y, por eso, no deberíamos olvidar el probable sentimiento de ambivalencia que anida hoy en el hombre que entregó la mayor parte de su vida a una idea que le hizo tan grande como el Sector que él transformó…Quiero decir que, por encima de cualquier otra consideración, se impone una actitud de respeto hacia su persona por la trascendental y difícil decisión tomada…

Y así lo hago yo, mientras repaso mentalmente la historia de Cirsa y lo que Manuel Lao ha significado para las semblanzas personales y empresariales de todos nosotros…Resulta una obviedad decir que la Industria del Juego habría sido muy distinta de no haber existido una Cirsa presidida por su fundador…Ni la Máquina “B” habría sido lo que ha sido, ni la cultura del Juego seguiría la senda marcada hacia un futuro que ya se adivina, y hasta se constata, como parte del inevitable presente…

En los 70 intuyó el formidable potencial de los juegos de azar; en los 80 impulsó el crecimiento de cientos de Operadoras todavía vigentes; en los 90 abrió el camino de la Galaxia Financiera con la primera emisión de Bonos; y en los primeros años del Siglo XXI acertó con el fichaje de un Director General al que hoy le sobran motivos para sentirse orgulloso…Y el final, ya lo conocen…Desde el pasado viernes, comienza una nueva historia sectorial, que tiempo habrá para ir analizando…Digamos únicamente ahora que Don Manuel Lao ha hecho lo que tenía que hacer…Ha tomado la mejor decisión y en el momento más adecuado…Se podrá o no sentir cierta pena por la orfandad sectorial inherente, pero eso resulta insignificante ante la inmensa alegría personal de quienes sentimos cercana su amistad…

Manuel Lao se merece con creces este final que, además, agiganta los cuarenta años transcurridos desde su inicio…Nos deja en vida una herencia, que es un verdadero tesoro al que él contribuyó con inteligencia, esfuerzos, alegrías y lágrimas…Cuando la tristeza anida en el corazón del hombre, no bastan las simplezas para mitigar su dolor…La diferencia entre la contemplación y la acción es lo que verdaderamente distingue a las personas…La clarividencia, que hoy aprieta la sensibilidad de su nostalgia, engatilla al mismo tiempo su mejor futuro…El mismo que todos los hombres y mujeres decentes del Sector le deseamos…Gracias, muchas gracias, Manel.