“La DGOJ defiende a los Operadores y a los Consumidores”

AZARplus.- “El Juego es un Sector integrado en la actividad económica y que responde a las legítimas actividades comerciales que le corresponden en el desarrollo del entretenimiento”. Estas palabras pronunciadas por Juan Espinosa, Subdirector General de Regulación del Juego del Estado, fueron el prolegómeno a una brillantísima exposición sobre las claves y dificultades que rodean a la regulación de nuestro Sector… 

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Su intervención  como ponente se produjo en el IV Congreso sobre Derecho de la Competencia y Regulación y Cuestiones Actuales de la Ley de Garantía de la Unidad de Mercado, celebrado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. Con la presencia del propio Director General Carlos Hernández en el patio de butacas y dentro de un programa que aglutinaba la intervención de una veintena de relevantes personalidades administrativas y académicas, Juan Espinosa señaló que “el Sector del Juego es un caso de estudio muy ilustrativo sobre las dificultades y las tensiones del estatuto regulativo que supone la adopción de una norma ambiciosa, por lo menos en lo que se refiere a sus principios”.

Aunque explicó que “el Juego es un Sector en el que se tiende siempre a sobreponderar la importancia de los recursos que maneja, en un plano de competencia por ejemplo con el sector energético u otros y a la vista de las cifras de las cantidades jugadas y los niveles de intervención que tiene”, Espinosa reconoció que inevitablemente la regulación de todos sus aspectos y actividades “configura un catálogo de restricciones, hablando objetivamente”. Pero se trata de una regulación que desde la Dirección General de Ordenación del Juego siempre se basa en “la necesidad de actuar para la defensa de los Operadores y de los propios consumidores” y responde a unos principios éticos y naturalmente legales que, siguiendo el tema del Congreso, dan adecuado fundamento a la Ley de Unidad de Mercado.

Naturalmente el Subdirector General de Juego se refirió a las dificultades que se suscitan por las competencias entre el Estado y las Comunidades Autónomas, especialmente en la regulación del juego online, “que parece convertirse para algunos estamentos y desde el propio mercado un poco en un ejercicio de escepticismo. Pero recordemos que es un Sector que está excluido expresamente de la Directiva de Servicios y la imperiosidad de las razones de interés público que justifican la intervención en el Juego estaban plenamente avaladas por el Tribunal de Justicia”.

Finalmente, y entre otras cuestiones, Juan Espinosa destacó la necesidad de que el Juego cuente con una legislación viva, capaz de incentivar su actividad, y que esta surja de la colaboración con el propio Sector y del consenso entre los reguladores, lo que ejemplificó con un semáforo donde la luz verde representaba la zona de acuerdos, la amarilla las cuestiones en debate y la roja los temas irrenunciables para la propia Autoridad del Estado.