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Entrañable semblanza de la historia profesional y personal de Manuel Lao en el diario local El Almería

AZARplus

AZARplus.- El Diario local El Almería dedica a Manuel Lao una noticia que encumbra su carrera de éxitos. Tras la publicación en el número 9 de la lista Forbes de las personas más ricas de España, el diario orginario de la misma ciudad del Presidente de CIRSA destaca, además, su última gran inversión que le ha convertido en el principal dueño del juego en Costa Rica con la adquisición de Thunderbird.

Reproducimos a continuación el artículo íntegro: Manuel Lao, Rey de la industria del juego

Manuel Lao, Rey de la industria del juego

Ocupa el 9º puesto entre las personas más ricas de españa Su última gran inversión ha sido un casino con 2.000 máquinas en Argentina

Manuel Lao Hernández (Almería 1948) es el único andaluz que se encuentra entre los más ricos del mundo. En la lista Forbes de los supermillonarios, que acaba de publicarse, sólo está él en el puesto 867 y el 9º entre los más acaudalados de España.

Presidente de la Compañía Internacional de Recreativos (CIRSA), Manuel Lao nacía en el pequeño pueblo almeriense de Doña María, situado en la ladera sur de Sierra Nevada, hace 67 años. Emigró cuando tenía doce a Tarrasa (Barcelona) y desde entonces sólo viene a su pueblo en las fiestas patronales de Santa Teresa, de la que es un gran devoto, en vacaciones y para actos puntuales.

Energía desbordante, desparpajo a raudales, ilusión eterna, pasión por el trabajo, incansable genio y siempre figura… tiene una fortuna atribuida por la publicación de 2.200 millones de dólares. Presume de ser almeriense, pero se crió en Tarrasa. Allí se casó en 1968 con Rosa Gorina, con la que tiene tres hijos: Manuel, Esther e Ingrid.

Presidente del gigante del juego y del ocio, para describir a este almeriense son muchos los calificativos que se le pueden atribuir. Todos ellos, con seguridad, inspirados en la naturaleza de su personalidad, la que le ha elevado desde su Doña María natal hasta la cima de la industria del juego en el mundo a través de su empresa.

La historia de este emprendedor es el relato de un niño almeriense de un pequeño pueblo, que soñó que con su trabajo y esfuerzo llegaría muy lejos. No soñaba despierto, pues ha logrado con creces todos los retos que se ha planteado.

Y, aún hoy, continúa haciendo realidad sus sueños. Pasó su niñez en Doña María pastoreando las ovejas que tenía su padre y su familia. Fue allí donde ganó sus primeras pesetas como monaguillo. También hacía molinillos de viento, que los vendía por dinero o algo de comida, patatas, harina… Aunque siempre había tiempo para la diversión. Uno de sus hobbies preferidos era cazar pájaros con sus amigos. “Ahora la gente no sabe lo que es eso, no lo ha hecho nunca”, asegura. Tal es el amor que siente por los pájaros que en su despacho, el que posee en la sede de Cirsa en Tarrasa, junto al hotel Don Cándido, también de su propiedad y que lleva el nombre de su padre, dispone de una enorme pajarera con más de doscientos ejemplares de todo tipo. Así, mientras trabaja puede oir su canto y relajarse cuidándolos, poniéndoles comida o limpiado sus jaulas.

De su pueblo se fue con el hijo de Don José, el médico, que fue el que convenció a su padre para dejarlo marchar: “Cándido, déjame que me lleve a tu niño a Cataluña, que allí se hará un hombre”, cuenta Manuel siempre que tiene oportunidad y le preguntan por su pasado . Los dos primeros años en tierras catalanas fueron los peores de su vida, se hartó de llorar, de tanto echar de menos a sus seres queridos.

Pero tras ese tiempo, sus padres y su hermano Juan también emigraron hasta allí. Cataluña lo vio crecer como emprendedor. Con trece años, empleaba las mañanas de los sábados y los domingos para repartir pasteles a domicilio y también ayudaba en la barra del bar familiar. Y por la tarde repartía caramelos en el cine y despachaba en el bar que daba a la sala. Manuel Lao hacía otras muchas cosas para ganarse la vida a esa edad. “Buscaba ladrillos en los vertederos, los limpiaba el cemento y los vendía”, recuerda con nostalgia. Un poco más tarde, la familia Lao montó el Bar Egara, que les dio trabajo durante dos décadas. En él servían comidas típicas de Almería (migas, gurullos, trigo), ofrecían tapas, desayunos, almuerzos y cenas. “Estaba siempre a tope de gente”, afirma Manuel. Tal fue el éxito del local, que las propinas en pesetas se acumulaban por cientos por la cocina. En paralelo al bar, a su regreso de realizar el servicio militar, la familia montó también una inmobiliaria, bajo la enseña de Celasa.

Poco antes de que se legalizara el juego en España, fue popular la compra en los bares por un duro o cinco duros de los conocidos como “boletos”, que ofrecían premios en metálico como si de una tómbola se tratase. Este fue el germen de lo que posteriormente sería Cirsa. Como guinda al pastel, Manuel Lao ha sido capaz de engendrar uno de los mayores imperios de la industria del juego y el ocio que hay en todo el mundo.

Cuando el juego fue legal, su visión empresarial le llevó a comprar las primeras máquinas tragaperras que llegaron a España y poco tiempo después montó su propia fábrica, con sus propios modelos, contratando ingenieros japoneses. Aquello es hoy la Corporación Cirsa. Un negocio del juego que tiene presencia en 11 países, cuenta con 32 casinos tradicionales, 83 casinos electrónicos, 32.808 máquinas recreativas, 79 salas de bingo, 138 salones de juego, 190 centros de apuestas deportivas, 1.840 terminales de loterías y 3.440 terminales de videoloterías-. Pero el imperio de Manuel Lao ahora llamado Nortia (por la diosa etrusca de la fortuna) es más extenso y global, y agrupa otras actividades económicas colindantes con el juego: la aviación corporativa (una flota de jets privados), hoteles, inmobiliarias y hasta una empresa de comercialización de obras de arte.

En total, 372 compañías con presencia en 70 países, 16.000 empleados y una facturación cercana a los 2.000 millones anuales. Su hijo mayor se perfila como el heredero. Lleva trabajando junto a su padre desde que tenía 18 años y acumula un total de 22 en la compañía. Actualmente es vicepresidente ejecutivo de Cirsa. Manuel Lao es también presidente de la Fundación MLH, creada en 2005; de la Confederación Española del Juego, COFAR, que fundó en 1994; y miembro de la Junta Directiva y del Consejo de Acción Empresarial de CEOE, Confederación Española de Organizaciones Empresariales. Ha recibido diversos premios en reconocimiento a su labor empresarial y social.

Es miembro de las juntas directivas de la patronal española CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales), de la catalana Fomento de la Producción, y preside la patronal española del juego COFAR, (Confederación Española de Empresarios del Juego). Hoy, más del 50% de los ingresos de la compañía provienen de América Latina, aun manteniendo las más altas cuotas de mercado en España y también en Italia.

Sus casinos flotantes en el Río de la Plata, con barcos que simulan a los que recorrían el Misissipi, son muy conocidos en el mundo. Su última gran inversión ha sido, en el año 2009, el City Center de Rosario, Argentina, el casino más grande de Latinoamérica, con 2.000 máquinas de azar, 80 mesas de juego, hotel de 5 estrellas, salas de convenciones y locales comerciales.

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